• Urge que AMLO cuente con buenos asesores: ganaderos de Jalisco.
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

Tlaquepaque, Jalisco. 12 de octubre de 2019.- En forma extraoficial ingresa anualmente al país un millón de cabezas de animales bovinos de Centroamérica, sin que se tenga seguridad de que se cumplan los protocolos sanitarios,  porque en gran parte ingresan en forma ilegal, con el riesgo  que esto implica, señaló el presidente de la Unión Ganadera Regional  de Jalisco (UGRJ), Adalberto Velasco Antillón.

Entrevistado en la apertura de la Expo Ganadera Jalisco 2019, el refirió  que la mencionada cifra pudiera ser superior, por lo que urge una solución a un problema que pudiera el ingreso de enfermedades del ganado muy agresivas y letales, como la fiebre aftosa y el gusano barrenador, cuyos efectos serían devastadores.

Por el hecho de que el gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador no ha actuado ante este problema y por un escenario pesimista que se vislumbra en desmantelar las instituciones ligadas al campo con menos presupuesto,  urge  que el mandatario federal se rodee de mejores asesores para que le hagan entender  la importancia que tiene el campo para la producción al país.

Al respecto, la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) expresó que  manifiesta “su total respaldo y coincidencia plena con el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Víctor Villalobos Arámbula en la urgencia de implementar medidas con el objetivo de impedir la introducción ilegal de ganado bovino de Centroamérica y que esta dependencia del Gobierno Federal encabece, en coordinación con las entidades limítrofes con esa región, las acciones necesarias para lograr un comercio ordenado y apegado a las disposiciones legales y sanitarias pertinentes, dirigidas a proteger nuestra condición zoosanitaria y la competitividad de la ganadería nacional”.

La ausencia de protocolos, en su momento, motivó que estados de tránsito y destino implementarán mecanismos emergentes y provisionales para mitigar el riesgo potencial que implicaba la falta de seguimiento de ese ganado, entre ellos un dispositivo de “trazabilidad limitada” basado en un identificador específico (código 35); para este propósito fuimos convocados en nuestra calidad de Agente Técnico del SINIIGA.

Este mecanismo ha evitado que ese ganado sea parte del inventario nacional y ha permitido vigilar que invariablemente su destino sea un corral de engorda autorizado, que cuenta con un riguroso protocolo que finaliza en un centro de sacrificio debidamente certificado, reduciendo de manera efectiva el riesgo de diseminación de enfermedades; así lo demuestra nuestra actual condición zoosanitaria.

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