2019 Sólo obtendremos lo que estemos dispuestos a dar

(You only get what you give)

En Principio…..SI

  • Por Paco Romo

La frase que utilizo para iniciar este artículo, es el título de una canción que constantemente viene a mi mente, ahora que hago el recuento de casi dos semanas de múltiples reuniones sociales y familiares con motivo del fin de año, e inicio de este promisorio 2019.

Tengo que reconocer que esta temporada de fiestas y reuniones fue totalmente diferente a otras que haya vivido, me explico porqué:

En lo personal, disfruto mucho el platicar, debatir y hasta pelear afectuosamente con amigos y familiares cuando estamos juntos, ya que en estas discusiones aprovecho para entender la forma en la que personas que vivimos y trabajamos en diferentes ámbitos, vemos y comprendemos los acontecimientos más relevantes que se presentan en México y el mundo.

Si lo pensamos bien, en esta temporada experimentamos un fenómeno muy interesante… el abrirnos a mucha gente a la que casi no vemos, o con la que muy poco platicamos durante el año… las fiestas Navideñas nos obligan a salir del mundo de silos en el que la mayoría de nosotros vivimos, es decir, rodeados de personas que en lo general piensan, viven y actúan de manera muy similar a nosotros.

Este fenómeno de vivir en una comunidad con personas de carne y hueso, y al mismo tiempo en otra semi virtual de redes sociales, es hoy en día algo muy común, sin embargo, nos lleva frecuentemente a pensar que lo que sucede en nuestras distintos grupos… todos ellos parecidos en la conformación y mentalidad de sus miembros (familia, amigos, vecinos, trabajo, escuela, iglesia y hasta grupos de WhatsApp), es lo que le sucede a la mayoría de las personas en nuestro país, y que, lo que a nosotros nos importa y preocupa, es totalmente compartido… más aún… ‘debe ser compartido’ por toda la gente consciente de nuestro México.

Sin más preámbulos, les platico que lo que hizo diferente, y puso harto sabor a las charlas en todas mis reuniones decembrinas, fue el tema de Andrés Manuel López Obrador y su arribo a la Presidencia de la República.

Todos percibimos su llegada como un parteaguas en el México moderno, todos vemos que su período traerá grandes cambios, todos presentimos que no sólo intentará cambiar las reglas del juego en lo político y económico… sabemos que lo que tratará de cambiar será el juego mismo. Ahora bien: ¿Cómo interpretamos estos posibles cambios?, ¿Qué nos hacen sentir cada uno de nosotros?, ¿Qué nos hacen pensar?, ¿Qué emociones nos generan? Aquí es donde radican las diferencias, y… ¡vaya que son grandes!

Estos nuevos tiempos, y estos cambios que menciono, son vistos como una gran amenaza por una buena parte de la sociedad, sin embargo, paradójicamente también son vistos como una gran oportunidad por quienes piensan que las cosas se pueden, y se deben de hacer mejor por parte nuestros gobernantes.

Los nervios… y el MIEDO -así con mayúsculas-… pero también la esperanza irracional de grandes y maravillosos cambios, son dos extremos que encuentro en la mayoría de las personas con quienes platico….. esto me preocupa, ya que desde los extremos es muy difícil construir puentes para encontrar puntos medios razonables, que nos permitan construir el país que necesitamos.

Andrés Manuel llega a la Presidencia como resultado de un proceso democrático. Es un hecho que, aunque a muchos no les gusta, el pueblo de México le ha otorgado el mayor número de votos para un Presidente en nuestra historia moderna, y a pesar de que yo no voté por el, entiendo claramente que quienes lo antecedieron en los últimos tres períodos, generaron una desilusión, un desánimo y una molestia acumulada de tal calibre en la población, que sin duda la hizo volcarse a favor de quien sin ningún empacho pactó con todos, negoció con todos y prometió todo.

En lo personal, creo que el diagnóstico que hizo Andrés Manuel sobre lo que a México le dolía antes de la elección fue muy acertado, su visión del país como un todo (no como silos), lo hizo entender claramente qué era lo que tenía que hacer para ganar la Presidencia. Ahora bien, todos hemos sido ‘pacientes-médicos’ alguna vez, y sabemos que una cosa es hacer un buen diagnóstico y otra muy diferente es tener el conocimiento y la capacidad para curar al enfermo.

Es cierto, vendrán muchos cambios; es un hecho, habrá mucha incertidumbre… sin embargo, de nosotros dependerá afrontar esta incertidumbre de manera serena, vigilante y prudente, o hacerlo en una actitud de total oposición, temor y molestia, sin pensar que dichos cambios podrían traer cosas positivas y nuevas oportunidades.

Ahora que han terminado las fiestas, y apenas hemos dejado atrás el primer mes de gobierno de Andrés Manuel, me doy cuenta de al menos tres actitudes claras que como sociedad hemos adoptado para enfrentar los nuevos tiempos (recordemos que todos los cambios nos hacen sentir algo, y que normalmente reaccionamos con base en dichos sentimientos):

  1. La actitud de los totalmente positivos, de los felices de que haya ganado Andrés Manuel, de los que consideran que TODO lo que se ha hecho en México está mal, todos en el Gobierno han sido corruptos, y el país debe ser reinventado de inmediato. Esta gente se manifiesta abierta a un cambio, que aunque no imagina con claridad hacia donde debiera ser, “supone que será mejor “, y olvida que las promesas de campaña son sólo eso, promesas… olvida también que cambiar un país es un proceso largo, complejo, que requiere talento y trabajo en equipo, y que quienes llegan hoy, con el tiempo tendrán que moderar sus pretensiones para no terminar sin nada logrado al final de un sexenio.

 

  1. La actitud de los que aún no puede entender por qué ganó Andrés Manuel….esta gente pareciera que hubiera preferido un fraude, antes de aceptar que llegue al gobierno alguien a quien consideran la peor amenaza para México. Quienes piensan así, olvidan el desempeño ignominioso en algunas áreas de los anteriores gobiernos, y su incapacidad para conectar con la gente y mantenerse en el poder (en mi opinión, fueron estos gobernantes y su ineptitud quienes perdieron desde antes de que se efectuara la elección ) y se niegan a ver que el fenómeno de cambio social que enfrenta México, está inmerso en un contexto global, producto de los cambios generacionales, los medios de comunicación (redes sociales) y una política mucho más nacionalista, que la que hemos vivido desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Este grupo está profundamente preocupado (quizá con razón ), pero deja de lado un punto para nada obvio, para que Andrés Manuel y su grupo destruyan nuestro país, tendrían que ponerse primero de acuerdo entre ellos, trabajar de manera eficiente rompiendo todo el andamiaje social, cultural, religioso y empresarial que tiene México, y además callar a una sociedad como la mexicana, que estoy seguro nos opondríamos de diferentes maneras.

 

  1. Hay un tercer grupo de gente preocupada por el triunfo casi total de Andrés Manuel, es decir……no preocupados por el hecho de que sea Presidente, sino por el hecho de que controla el Congreso Nacional, y el de muchos Estados. A este grupo dentro del cual me incluyo, no nos gusta un Presidente sin contrapesos reales, ya que la historia nos ha enseñado que depender solamente de la capacidad moral de un hombre para limitarse en el uso del poder es ‘mucho pedir’. En este grupo de ciudadanos, estamos profundamente preocupados por la debilidad de los partidos disque GRANDES, los cuales están desaparecidos y metidos en profundas batallas internas (que difícil es mantener a la familia unida cuando no se tiene control del presupuesto), esto nos hace pensar, que como sociedad tendremos que desarrollar PRONTO nuevos mecanismos de participación ciudadana.

Mi conclusión positiva, la cual quisiera transmitir en este artículo, es que de nosotros depende cómo afrontar “no lo que viene… sino lo que ya está aquí”.

Enfrentar el cambio de manera inocente e ilusa, pensando que quienes vienen nos llevarán a un país maravilloso sin explicarnos cómo, con un equipo de trabajo bastante limitado, por decir lo menos, no me parece de gente madura e inteligente.

Enfrentar el cambio ‘atrincherados’, ‘angustiados’, nos inmovilizará. La vida me ha enseñado que entrar a un período de cambios arrastrando una maleta llena de miedos, no nos lleva a ningún lado… la gente con miedo rápidamente se vuelve violenta y hostil, ataca sin razón… de manera patológica piensa “mejor lo someto primero yo”, el miedo es mucho más peligroso que el odio, y nos acerca rápidamente la agresión… esto como país nos dividirá, nos enfrentará.

Enfrentar el cambio con actitud vigilante, prudente, sin miedos, sería lo recomendable como lo mencioné en un párrafo anterior, pero habría que sumarle la PARTICIPACIÓN CIUDADANA.

México es de todos los Mexicanos, no es de uno o de varios grupos, los servidores públicos son eso, servidores públicos. Nosotros los empoderamos al contratarlos con nuestro voto, y también somos nosotros los que los ‘entronizamos’ al desentendernos de sus acciones y no pedirles cuentas. Es momento de dar de nosotros mucho más a México, todos trabajando por el bien del país, sin dividirnos, sin pretender que arreglamos las cosas en una charla de sobremesa, o navegando en redes sociales, entendiendo que es con trabajo y acciones reales como podremos llevar a México a ese lugar en el que todos queremos estar.

Piénsalo: ¿tú qué harás diferente como ciudadano en este sexenio?

Recuerda: EN LA VIDA Y EN CUALQUIER RELACIÓN, TU SOLO OBTENDRÁS LO QUE ESTÉS DISPUESTO A DAR !!

(You only get what you give).

Dar