• La primera devoción mariana que llegó a México vive su año jubilar en Tlalnepantla por medio milenio.

Tlalnepantla, Estado de México. 24 de febrero 2019.-  Ya está en marcha el Año Jubilar en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, que celebra los 500 años de la llegada de la primera imagen mariana que llegó a México:  Nuestra Señora de los Remedios.

Esta imagen arribó al país “como normalmente llegó la fe a estas tierras americanas: a veces con la intención explícita del trabajo misionero, o a veces simplemente en las venas y el corazón de hombres convencidos como eran por lo general los hijos de España. Así llegó la Virgen de los Remedios a México, en el bolso de Juan Rodríguez de Villafuerte, uno de los hombres que con Hernán Cortés arribaron a Cozumel en febrero de 1519”.

Según destaca la publicación Desde la Fe (de la Arquidiócesis de México), “la Virgen atracaba ya como protectora: el hermano de Rodríguez de Villafuerte se la había regalado, diciéndole que tuviera en ella mucha confianza, porque a él le había librado de grandes peligros en las batallas en que se había hallado y esperaba que le sucediera lo mismo en el Nuevo Mundo”.

Narra la tradición, que la imagen de Nuestra Señora de los Remedios por indicación de Cortés quedó instaurada en un altar del templo más importante en Tenochtitlán donde los aztecas realizaban sacrificios humanos. Pero un día estalló la guerra entre españoles y aborígenes, y la bella imagen de madera de la Virgen la primera desapareció. ¿Para siempre?

Ocurrió entonces la llamada Noche Triste del conquistador extremeño, entre el 30 de junio y el 1 de julio de 1520, cuando la tristeza abrazó a Cortés que veía más que diezmado su ejército, reducido a la mitad según lo narra el soldado historiador Bernal Díaz del Castillo, cuando sus hombres intentaban escapar del cerco indígena en la hoy Ciudad de México.

Pero es entonces que narra la tradición que se le aparece la Virgen a Cortés y algunos de sus hombres, acompañada por el apóstol Santiago, dándoles nuevos bríos, y levantándolos de la postración moral en la que se encontraban.

Sin embargo, aunque la Virgen de los Remedios, la primera en pisar suelo mexicano, la que iniciaría la gran devoción a la Madre de Dios que existe entre los nativos de esas vastas tierras, seguía desaparecida.

Entretanto, “llegó el año de 1540 y un día de ese año el indio cacique Juan de Águila que se encontraba en los linderos del pueblo de Tacuba, vio a una magnífica señora en el cielo azul que le decía: Hijo, búscame en ese pueblo”. Así se puso, a buscar, y días después Don Juan el indio encontraba la bella imagen, la que era y seguiría siendo la primera, que estaba por debajo de un maguey. En 1575 el templo de esta Virgen ya estaba terminado, y ella allí se enseñoreaba”.

Pronto los mexicanos se dieron cuenta de la poderosísima capacidad de intercesión de esa advocación: “faltaba la lluvia, y salía en procesión la Señora de los Remedios; también “en las epidemias de tabardillos (tifo), sarampiones y otras semejantes, salía en procesión salvífica la Virgen de los Remedios. Pero bueno, Dios fue muy solícito con México y también le dio a la Gran Guadalupana”.

Dstaca la publicación eclesiástica que “es anecdótico, que los devotos de la de Guadalupe -según cuenta el Barón von Humboldt- se quejaban de que ante las necesidades y pandemias el Señor Arzobispo primero sacaba a la de los Remedios, y luego, y sólo al final, si esa milagrosa no funcionaba, ahí sí salía en procesión la Morenita… pero bueno, al final es ella la misma, y parece que siempre los atendía, y aún hoy mucho sigue atendiendo”.

EL DATO

La Basílica de Nuestra Señora de los Remedios, Santuario de los Remedios se ubica en el Parque nacional Los Remedios, Naucalpan, Estado de México y pertenece a la Arquidiócesis de Tlalnepantla.

Otro destacado recinto dedicado a esta imagen es el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, ubicado en la cima de la Gran Pirámide de Cholula, en San Pedro Cholula, Puebla.​ Su construcción se inició en 1594, aunque el templo de esa época fue destruido parcialmente por un sismo en 1864, año en el que fue reconstruido.