Según un nuevo informe de la OCDE, en la última década, la mayoría de los países avanzó poco en lo que respecta a ayudar a sus estudiantes con mayores deficiencias a mejorar su desempeño en lectura, matemáticas y ciencia. Por ello, demasiados jóvenes aún abandonan la escuela sin las competencias básicas requeridas en la sociedad y en el mundo laboral actuales, lo cual perjudica su futuro y su crecimiento económico a largo plazo.

En “Estudiantes de bajo de rendimiento: por qué se atrasan y cómo ayudarlos a tener éxito” se afirma que en los países de la OCDE, cerca de 4.5 millones de jóvenes de 15 años de edad —es decir, más de uno de cada cuatro— no alcanzan el nivel más básico de competencia en lectura, matemáticas y/o ciencia. En otros países, el porcentaje suele ser mucho mayor.

Un análisis de los resultados obtenidos en el estudio PISA de la OCDE entre 2003 y 2012 reveló que pocos países han apreciado mejoras entre los estudiantes de bajo rendimiento y en otros tantos el porcentaje de estos estudiantes ha aumentado.

Sin embargo, países tan diversos en aspectos económicos y culturales como Alemania, Brasil, la Federación Rusa, Italia, México, Polonia, Portugal, Túnez y Turquía redujeron su porcentaje de estudiantes de bajo rendimiento entre 2003 y 2012. Según la OCDE, esto muestra que, con políticas públicas adecuadas y con voluntad de aplicarlas, es posible reducir el porcentaje de estudiantes de bajo rendimiento en cualquier parte.

“Las ganancias sociales y económicas de combatir el bajo rendimiento compensan cualquier posible costo que implique la mejora”, declaró Andreas Schleicher, Director de Educación y Competencias de la OCDE. “La política y la práctica educativas pueden ayudar a solventar este problema. Es necesario hacer del tema una prioridad y asignarle los recursos necesarios para que todos los niños puedan lograr buenos resultados en la escuela.”

Los estudiantes de bajo rendimiento también tienden a mostrar menos perseverancia, motivación y autoconfianza en matemáticas, así como a faltar a clases o faltar a la escuela con mayor frecuencia que aquellos con mejor rendimiento. Los estudiantes de escuelas en las que los profesores brindan más apoyo y más motivación tienen menos probabilidades de mostrar bajo rendimiento, en tanto que aquellos cuyos profesores tienen bajas expectativas de ellos y faltan más a menudo, tienen más probabilidades de mostrar bajo rendimiento.

En los países en los que los recursos educativos se distribuyen de manera más equitativa entre las escuelas, hay menos incidencia de bajo rendimiento en matemáticas y un mayor porcentaje de estudiantes de alto rendimiento, incluso en comparación con sistemas escolares que cuentan con recursos educativos de calidad similar.

Asimismo, en los análisis se encontró que el grado en que estudiantes favorecidos y desfavorecidos asisten a la misma escuela se refleja más en menores porcentajes de bajo rendimiento que en mayores porcentajes de alto rendimiento. Eso sugiere que contar con sistemas que distribuyan más equitativamente recursos educativos y estudiantes entre las escuelas sería beneficioso para los estudiantes de bajo rendimiento, sin perjudicar a los de mejor rendimiento.

Para romper el ciclo de deserción escolar y bajo rendimiento, en el informe se presentan diversas recomendaciones, entre ellas:

  • Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar políticas públicas a la medida.
  • Reducir desigualdades en el acceso a la educación temprana.
  • Proporcionar apoyo remedial tan pronto como sea posible.
  • Propiciar la participación de padres y comunidades locales.
  • Ofrecer apoyo focalizado a escuelas o familias desfavorecidas.
  • Ofrecer programas especiales a inmigrantes, estudiantes rurales y/o de lengua indígena.