• Se entregó oficialmente el reconocimiento a la Charrería por parte de la UNESCO en el Museo Nacional de Antropología en el marco del Día del Charro.
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

Guadalajara, Jalisco. 14 de septiembre de 2017.- La charrería mexicana es algo más que deporte y espectáculo. Es una tradición de firmes raíces rurales que ha sido declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación Ciencia y Cultura UNESCO).

La entrega oficial se dio en la capital del país en un acto realizado en el Museo Nacional de Antropología. Cabe esperar que en todo el territorio del país se realicen ceremonias conmemorativas.

En el evento en la capital, se destacó la presencia de organizaciones de charros de Jalisco y Michoacán, entre otras entidades.

Por lo pronto en Guadalajara, 500 jinetes realizaron el tradicional desfile del Día del Charro.

Así las cosas, las destrezas del trabajo en el campo, el vestuario (desde el sombrero hasta las botas), los arreos para los caballos, la música vernácula, la gastronomía campirana y  toda una serie  de íconos ligados a una tradición de varios siglos han sido valorados por la máxima instancia cultural del mundo.

Esta valoración ha tomado muy serio las llamadas suertes de la faena del charro que realiza su cala de caballo y lanza sus piales que sacan humo de las sogas al tallarse con las monturas. Y que también ejecuta sus vistosas manganas a pie o montado en su corcel con un magistral manejo del lazo; así como las tareas del paso de la muerte y el derribo de las reses en el coleadero.

El Occidente, referente nacional

El gran arraigo de la charrería en todo el occidente del país, es un hecho reconocido en el país y fuera de sus fronteras. En el caso de Jalisco, hay familias de charros de varias generaciones que son ejemplo de la fuerza de esta tradición.  Como ejemplos notables, están las familias Sánchez, Arenas, Zermeño, Franco, Bañuelos y Fernández, por citar solamente algunas que han obtenido campeonatos nacionales, además de otras familias de arraigada tradición a lo largo y ancho del territorio estatal.

El periodista especializado en este tema, Carlos Sánchez Mariscal, señala que Jalisco ha sido epicentro nacional de la charrería. Y para muestra está el cúmulo de campeonatos que han obtenido sus equipos.

Detalla que Charros de Jalisco (los famosos bigotones) son el equipo con más títulos conseguidos entre todos. En su trayectoria esta agrupación ha obtenido doce campeonatos. El equipo que más se le acerca son los Regionales de la Villa de la Ciudad de México con solamente cuatro títulos

Otros equipos jaliscienses destacados son los Charros de Capilla de Guadalupe con cuatro títulos; los Tres Potrillos y los Bañuelos, ambos con dos campeonatos (uno el equipo Rancho Santa María y otro con Hacienda Vieja).

También en años reciente, la familia Romo de Lagos de Moreno con su equipo Hacienda de Triana, se ha sumado a los campeones nacionales de origen jalisciense.

 

Este comunicador hace mención que, en el ámbito femenino, la charrería jalisciense también ocupa un lugar preponderante con la presencia de 52 equipos integrados en la Federación Nacional y otros 20 que tienen el perfil para confederarse.

¿Dónde quedó la escultura del charro?

Ricardo Zermeño Barba, integrante de una de las familias emblemáticas de la charrería jalisciense, comentó que ahora que la UNESCO ha reconocido la valía cultural de este tradicional deporte, las autoridades mexicanas y locales también haga lo suyo.

Para empezar, dijo que sería deseable que el Ayuntamiento de Guadalajara ponga en un lugar digno la escultura de metal que por muchos años estuvo en lo que fue la Glorieta del Charro en el oriente de la ciudad.

Resaltó que ahora que la actual autoridad municipal trae en sus encomiendas la instalación de esculturas urbanas, “saque de la bodega donde se encuentre a la escultura del charro, que tiene un valor muy especial para todos los que practicamos la charrería”.

Sobre el reconocimiento de la UNESCO, refirió que “esto significa valorar no solamente las charreadas y los equipos, sino una forma de vida que está dentro de quienes practican la charrería”.

También expresó que “la UNESCO con su reconocimiento destaca que la charrería está dentro de las raíces de la cultura y sociedad mexicanas. Que este país tiene mucho que reconocerle al campo como fuente de tradiciones y de su folklore, que deben conservarse como herencia viva”.

En el caso de Jalisco, subrayó que este reconocimiento debe ser motivo para valorar el gran arraigo del deporte charro, al ser el Estado con 105 asociaciones que lo convierten en el puntero en equipos, aunque en los años recientes en otros Estados es haya avanzado en tener equipos más competitivos para la obtención de campeonatos.  “Pero los charros siempre le daremos preferencia a convivir, más que a competir, según ha sido la tradición”, según puntualizó este charro.

EL DATO

Cada año el 14 de septiembre se celebra el Día del Charro. En nuestra ciudad ya es tradición el desfile charro y misa del gremio en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.

El expediente de solicitud del Gobierno de la República  a la UNESCO, fue resultado de una amplia investigación documental y de campo, describe a la charrería como una tradición ecuestre, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI cuando, a raíz del establecimiento y auge de las haciendas ganaderas en el centro y norte de México, surge la necesidad de convivencia entre  los vaqueros de las diferentes fincas que se reunían para inventariar y marcar  el  ganado de cada propiedad, convirtiendo las faenas de campo en motivo de coexistencia y articulación social, siendo éste el origen de una escuela ecuestre mexicana que permitió manejar el ganado mientras se montaba a caballo y que se distinguía, entre otras cosas, por el uso de la silla de montar y la reata, utensilio esencial para lanzar al ganado.

Uno  de  los  documentos  más  importantes  que  integran  el  expediente  oficial presentado a la UNESCO, es el Plan de Salvaguardia, elaborado por la  Asociación Nacional de Charros, en conjunto con representantes de la  comunidad,  y  el  respaldo de los Gobiernos de Jalisco, el Estado de México y la Ciudad de México, que incluye medidas como la creación de un Conservatorio  de  la  Charrería,  conformado  por diversas instancias gubernamentales, académicas y de la sociedad civil, como la misma Asociación Nacional de Charros, la Secretaria de Cultura, la Secretaria de Turismo, los institutos de investigaciones Históricas,  Estéticas  y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Federación Mexicana de Charrería, y los institutos mexicanos de la Juventud y para la Mujer.

De este modo, el primero de diciembre de 2016, culminó exitosamente el esfuerzo iniciado en marzo de 2013, con el envío a la UNESCO del expediente de “La Charrería, tradición ecuestre en México”.    La inscripción fue aprobada durante la Undécima Sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, realizada en Addis Abeba, Etiopía, en 2016

En el acto en la capital del país, estuvieron presentes la Asociación Nacional de Charros y las asociaciones de Charros de Jalisco, de Huichapan, de Polotitlán, de la Cuenca del Papaloapan, de San Juan del Río, de Morelia y de la Tuna Alta de Unión de San Antonio, Jalisco.

México cuenta ya con ocho inscripciones en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial