• 100 años después hombre y lobos deberán encontrar una nueva forma de convivencia.
  • Por Peer Meinert (dpa)

Stuttgart, Alemania. 14  de enero de 2018 (dpa).- Existen pocos animales que movilicen en los humanos miedos tan profundamente arraigados y oscuros como los lobos. En la literatura -también en la infantil- aparece como un animal feroz, que vive escondido en los bosques para acechar en cualquier momento.

Los defensores de los derechos de los animales aseguran que ese temor es totalmente infundado. Sin embargo, el regreso del canis lupus a algunos países del centro de Europa, sobre todo Alemania, empieza a causar problemas.

“Lobo atacó a cordero”, tituló recientemente un periódico alemán después de que un animal destrozara en un sola noche a tres corderos. Varios de estos incidentes ocurrieron en distintas localidades de ese país y la brecha entre defensores y detractores se acrecienta día a día.

Una cosa es cierta: después de más de 100 años, el lobo ha regresado. En Brandenburgo y en Sajonia ya se han arraigado decenas de manadas, y otras están empezando a ocupar terreno en Baviera y Baja Sajonia. También en otras partes del país se está registrando un mayor número de lobos.

Los expertos opinan que todavía se trata de ejemplares únicos que transitan de una región a otra. Sin embargo, todos coinciden en que el lobo, un animal que no recibe ayuda y está expuesto a su propia subsistencia, volvió para quedarse.

Las especulaciones y escenarios del horror ya están a la orden del día: ¿Qué hacer si el animal ronda de noche por los pueblos?

En general, el lobo ve mucho antes a las personas que al revés. Son animales temerosos, pero también son curiosos. Por eso siempre existe la posibilidad de encuentros entre humanos y lobos.

Expertos del Ministerio de Medio Ambiente en la ciudad de Stuttgart indican que “en principio” los humanos no corren peligro. Si embargo, a modo de precaución, emitieron una serie de advertencias de cómo comportarse en el caso de toparse casualmente con un lobo.

“Cualquier persona que caminando o andando en bicicleta tenga de pronto a un lobo frente a sí, debe hacerse notar e ir alejándose lentamente si el animal no lo hizo antes”.

“Si el o los lobos continúan sin moverse, de ninguna manera hay que demostrar miedo o huir apresuradamente”, señala. “Si se siente incómodo, deténgase, grite en voz alta y aplauda. Y si esto no ayuda, se le puede arrojar algún objeto”, agrega la advertencia.

Si bien estas precauciones avivan aún más los temores, el experto de la asociación de caza Klaus Lachenmaier asegura que no hay que entrar en pánico en el caso de tener a un lobo enfrente. “No dejar que niños jueguen en la calles, es una tontería”, agrega.

El alemán Eckard Fuhr, autor de un libro sobre lobos (“Rückkehr der Wölfe”- “El regreso de los lobos”) no descarta incidentes entre lobos y humanos. Algunos casos, entre otros en España con la muerte de tres niños por estos animales en los años 70, ya se conocieron. El asunto es que si bien el lobo es un depredador, no necesariamente es un animal que vive en la profundidad de los bosques.

“El mito del animal que necesita áreas silvestres vírgenes y vastas regiones desérticas está siendo superado por la realidad”, apunta el Ministerio en Stuttgart. Si los lobos ocasionalmente “cruzan algún pueblo” por la noche, es algo perfectamente normal, señala.

“Las primeras víctimas son las ovejas. Tenemos que hacer algo contra los lobos”, dijo Friedrich Grosshans en una reunión junto con otros agricultores en Pfalzgrafenweiler.

Ya han pasado las épocas en las que los pastores se quedaban cuidando sus rebaños durante la noche. Hoy en día existen las cercas electrificadas y perros especialmente entrenados para detener al ladrón con el pelaje gris.

“Los costos son excesivos”, afirma Anette Wohlfahrt de la asociación de cría de ovejas. Existen ayudas estatales, pero no es mucho dinero. “Está en juego nuestro futuro”, agrega.

Entretanto, algunos políticos evalúan la posibilidad de que los cazadores tomen medidas contra estos animales protegidos, una opción que encuentra un firme rechazo entre los protectores de animales.

El debate sobre el regreso del canis lupus se tornó en una especie de “lucha cultural” en Alemania. “Como pocos, este animal tan cercano al perro despierta sensaciones tan profundas”, señala Fuhr.

Ya desde la antigüedad, los humanos y los lobos compartían el mismo hábitat y cazaban las mismas presas. Durante más de 100 años, el lobo había desaparecido, pero ahora, ambos tendrán que encontrar una nueva forma de convivencia.