• Para adquirir una canasta básica son necesarios $8 mil 600 pesos.
  • En lugar de promover el ahorro, algunas empresas adelantan aguinaldos.
  • Gracias a “El Buen Fin” para algunos la cuesta de agosto dura hasta junio.

El poder de compra de los trabajadores sigue siendo castigado por la inflación. Y no se avizora mejoría ni solución a corto plazo, señaló el doctor Héctor Luis del Toro Chávez,  investigador del Departamento de Métodos Cuantitativos del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara sobre la situación económica de México. 

Diferentes factores son los responsables de esta situación: incremento a las gasolinas, energía eléctrica, gas, la devaluación del peso, la caída del precio del petróleo, el aumento en el costo de movilidad de productos, la especulación, acaparamiento e intermediarismo, lo que continuará en 2016, sumado a los incrementos de nuevos impuestos producto de la reforma hacendaria.

“En general, la situación que se vive para nada es halagadora, y lo peor es que no se avizora solución a corto plazo. El problema no es un asunto de carácter cuantitativo sino que reclama verdaderas acciones políticas, jurídicas y sociales apegadas a la realidad”, advirtió el académico.

Aunque el sector oficial argumenta que la situación económica es más favorable para la población en comparación a anteriores años, los resultados del proyecto de investigación “Canasta Básica e Índice de Precios al Menudeo en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, reflejan una inflación acumulada de 6.67%, lo cual dista mucho de lo dicho por el gobierno.

En el estudio se analizaron 121 grupos de productos de la Canasta Básica. De los 23 bloques, 22 tuvieron incrementos. Para adquirir toda la canasta se necesita gastar 8 mil 600 pesos, es decir, cuatro salarios mínimos vigentes. Pero si se toma en cuenta que hay que pagar educación, gas, luz, teléfono, internet y recreación, una familia de tres o cuatro miembros debería tener percepciones de 16 mil 800 pesos mensuales para gozar de bienestar.

“Ni la homologación del salario mínimo en 70 pesos por día amortigua los impactos de la inflación. El incremento de 4% al salario mínimo es insuficiente, 2.94 pesos de aumento no sirve para hacer frente a la escalada de precios”, apuntó.

Por lo tanto, agregó que en México es letra muerta el Artículo 123 constitucional que ordena que los sueldos garanticen una vida digna. 

Agregó que en los últimos años las acciones para revertir este panorama desolador brillaron por su ausencia. Para ejemplificar la depreciación y la pérdida de calidad de vida en los últimos 35 años, recordó que con el salario mínimo en 1982 se podía comprar 18 litros de leche y hoy solo 4 litros, además de 51 kilos de tortilla y hoy solamente seis. El poder adquisitivo mermó en 79 por ciento debido al abandono gubernamental que desde hace casi tres lustros dejó de regular los precios y los dejó al arbitrio de la oferta y la demanda.

Dijo que en lugar de impulsar estrategias de ahorro, algunas empresas promueven adelantos de aguinaldo, lo cual resulta contraproducente, sobre  todo en la cuesta de enero.

También criticó las agresivas estrategias mercadológicas de cadenas comerciales que promueven el uso de tarjetas de crédito con engañosas oferta y deudas que merman la economía familiar.

“Hay quienes sufren de la cuesta de enero hasta junio o hasta le dan la vuelta al año”, apuntó Héctor Luis del Toro Chávez.