• El académico de la Universidad de Alcalá impartió conferencia dentro de la Cátedra Julio Cortázar 

El axolote es una especie en peligro crítico de extinción, pero se logrará salvar por ser emblemática de México, suerte que no correrán otras especies, afirmó el zoólogo Juan Junoy, académico del Departamento de Ciencias de la Vida, de la Universidad de Alcalá, España, quien participó en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, con la ponencia “¿Por qué el axolote es el axolote? Bautizando a los animales”. 

“En el caso del axolote, tanto llama la atención en México, que se logró poner como gancho de mi conferencia captando mucho interés”, destacó el conferencista, y añadió: “esto no se hubiera logrado si hubiera considerado a otra especie”. 

En el Paraninfo Enrique Díaz de León, el académico destacó que muchos escritores como Octavio Paz y Julio Cortázar se han inspirado en los axolotes.

“Ustedes han hecho bien en hacer patrimonio al axolote, y entonces la sociedad está concientizada de su importancia”, subrayó.

El axolote es una especie de anfibio del orden de los caudados (salamandras), endémica de Xochimilco. Puede llegar a medir 25 centímetros de longitud en su edad adulta, etapa en la que conserva sus rasgos larvales, es decir, su aleta dorsal de renacuajo y branquias externas. 

El especialista señaló que de las un millón 500 mil especies descritas en el mundo, un millón son de insectos, y la mitad de éstos son escarabajos. Las malas noticias es que hay especies que se extinguen rápidamente por la acción del hombre. 

Según cálculos conservadores hay cinco millones de especies en el planeta. Otros, señalan que son cincuenta millones. Muchas especies van a desaparecer antes de que el hombre conozca que existen.

La vida del planeta se reduce por la acción humana. Hay entre medio millón a un millón de especies que próximamente pudieran desaparecer por esta causa, destacó el zoólogo.

Dijo que la extinción de una especie no es reversible, es para siempre. No se puede restaurar, a diferencia de una obra de arte dañada o un monumento histórico, explicó el académico español.

Señaló que un ejemplo de la rapidez con que puede extinguirse una especie está en las palomas mensajeras que encontraron los primeros colonos en Estados Unidos. “Ellos se quedaban sorprendidos viendo bandadas y bandadas de palomas que pasaban sobre sus cabezas, oscurecían el sol y hacían un ruido continuo. 

Hubo caza indiscriminada, se talaron los árboles donde anidaban, y hacia 1870, se calcula que todavía quedaban 168 millones de palomas mensajeras. 30 años después, en 1900, un niño disparó sobre la última paloma migratoria que quedaba, 14 años después fallecía la última paloma en cautividad, en un zoológico. “Hemos pasado de millones a cero”, advirtió.

Junoy explicó la manera en que los zoológos dan nombre a las especias. En ocasiones se debe a sus condiciones morfológicas. En otras ocasiones, se les da el nombre de algún personaje ilustre, como el caso de la Graellsia isabellae o mariposa isabelina, quien debe su nombre a la reina de España Isabel II (1830- 1904); otras veces se les da el nombre de una localidad como es el caso de la Tetrastemma fozensisque tiene el nombre de Fozun municipio español perteneciente a la provincia de Lugo y la comarca de La Mariña, en la comunidad autónoma de Galicia.

 En otros casos pueden llevar el nombre de la bebida favorita de la persona que la descubrió como es el caso  Diva Diniz Corrêa, quien probó dicho refresco negro en Estados Unidos, y en honor de esta bebida dio el nombre a la Zygonemertes cocacola, que es un gusano. 

Destacó también una manera friki de poner nombres a las especies, como es el caso del Gollumjapyx smeagol, un invertebrado que debe su nombre al personaje oscuro Gollum, nacido de la pluma de J.R.R. Tolkien 

El divulgador de la ciencia Juan Nepote fue el encargado de presentar a Juan Junoy. Este académico español pertenece a un grupo de 24 científicos, denominado “Big Van. El arte de contar la ciencia”, que tiene como misión acercarla a la gente de una manera accesible y divertida. Para hacer posible este objetivo echan mano de la radio, televisión, imparten talleres de formación, escriben libros y suben a los escenarios, además de elaborar monólogos sobre temas científicos.