EL DAÑO A UNO MISMO: UN PAGO QUE NUNCA CONSIDERAMOS

NOSCE TE IPSUM por: Josman Espinosa Gómez

Cuántas veces no hemos visto personas con marcas en el cuerpo, en ocasiones son cortes, otras quemaduras o tan solo rascarse de más hasta provocarse una herida. Tal vez la pregunta lógica es ¿por qué alguien querría hacerse daño intencionadamente?

Las autolesiones o conductas autolíticas representan para algunos la salida al malestar emocional, un dolor emocional, que en ocasiones puede calmarse sufriendo dolor físico, sin embargo, esta estrategia es desadaptativa y poco recomendable. Todo objeto punzo cortante, incluso las propias uñas pueden servir para autoinfligirse dolor, estas autolesiones para mucha gente son una vía de escape del gran vacío o dolor emocional que están sintiendo, pero, sobre todo, es un mal manejo de un malestar psíquico mal trabajado.

Una gran parte de la población afectada con este trastorno son pacientes jóvenes, está siendo un fenómeno creciente y alarmante, y además cuentan con un gran poder de contagio entre los adolescentes. González, R. B., & Álvarez, B. G. (2012) nos habla que en la American Psychiatric Association, no se contempla el “trastorno no suicida por autolesión”, y que lo define como una estrategia donde el dolor sirve como catarsis para aliviar las emociones negativas, como, por ejemplo: la sensación de soledad, el vacío, el aislamiento, también, para distraer la atención de otros problemas, para disminuir los sentimientos de rabia, o para liberar la tensión o controlar cierta clase de pensamientos.

Se sabe, que entre el 50 y el 70% de personas que se autolesionan, han intentado o intentarán suicidarse en algún momento de su vida, y aunque el fin en sí mismo de estos cortes, de estas quemaduras o laceraciones, no sea quitarse la vida, tras esta conducta hay un pensamiento y un malestar psicológico que, en algún momento, puede tener un mal término, por lo que podemos pensar que las autolesiones solo son la punta del iceberg de un fenómeno social cada vez más intenso ante el cual, todos debemos ser más sensibles.

Cuando nos autolesionamos, buscamos dejar de sentir sintiendo algo, esta forma de auto-sabotaje y auto-destrucción es una mala adaptación al estrés o a los desafíos de la vida. y lo queramos o no, es casi la misma conducta de un adicto que busca consumir para olvidar, la mayoría de las personas que se autolesionan, presentan problemas emocionales, relacionales, escolares, baja autoestima y un claro rechazo a su imagen corporal. Por otro lado, también puede ser una forma de llamar la atención o mostrar un malestar interno, no deja de ser muestra un problema mucho más profundo.

Universidades como la de Oxford, Manchester y Leeds, señalan que por cada 100,000 habitantes hay 65 adultos que se autolesionan´, un dato relevante porque también se ha podido demostrar que el riesgo de suicidio es en estos casos muy elevado, por lo que conocer las causas detrás de estas acciones es fundamental, entre las que tenemos: emociones negativas intensas y persistentes, elevada auto-crítica y gran dificultad a la hora de expresar y gestionar las propias emociones.

Por último, es importante señalar que detrás de este tipo de conductas puede haber trastornos encubiertos (desórdenes alimenticios, depresiones, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de ansiedad, entre otros), pero que solo los profesionales podrán determinar. Es importante contar con el apoyo familiar, no juzgar y buscar salidas más útiles, sensibles y razonables al dolor de la vida.