B-Social Por: Brenda Orozco
Cuenta la leyenda que en un estado llamado Veracruz existía un señor llamado Javier Duarte, que era gobernador del mismo. El 12 de octubre de 2016, poco antes de terminar su mandato, este político mexicano pidió licencia a su cargo y pocos días después desapareció. En noviembre del mismo año, la Procuraduría General de la República (PGR) anunció que había unos cuantos millones que presuntamente habían sido desviados por Javier Duarte, conocido en algunas redes sociales como “Javidú”.
Muchos recordarán el famoso episodio de “Yo merezco abundancia” en febrero de este año, protagonizado por el fiel diario de Karime Macías (esposa de Duarte) donde se repetía esta frase. Muchos memes y artículos al respecto hicieron viral el hallazgo de una bodega con obras de arte, sillas de ruedas, apoyos no entregados, etcétera.
Recuerdo que algunos años atrás cuando se hacía una detención importante o el gobierno federal realizaba con éxito la captura del “más buscado” se interrumpían las transmisiones habituales y hacían anuncios con una escenografía muy particular, muy “de policías”. Hace un par de días, el aviso de la captura de Javier Duarte se dio por twitter, con un resumido texto que decía así:
@PGR_mx: #PGRInforma Hemos detenido a Javier Duarte con el apoyo de la República de Guatemala.
A partir de ese momento inició la cobertura noticiosa, las vacaciones se interrumpieron en las salas de prensa (si es que alguna vez descansan) y los memes ¡bendita creatividad! No se hizo esperar el ingenio mexicano en cuanto aparecieron las primeras imágenes. Declaraciones oficiales, corresponsales, agencias y reporteros free lance, toman como fuente un tuit. ¡Quién lo diría!
Después del boom, vinieron por supuesto, las felicitaciones a la PGR y al excelente desempeño que había realizado… Lo que no se esperaban era la memoria de las redes. Tal vez la gente olvida, la memoria física nos falla, pero lo que alguna vez subiste a internet nunca desaparece. Los mismos que ovacionaban el trabajo de la dependencia federal, años atrás felicitaban al Javidú por su cumpleaños, su toma de protesta o su informe de gobierno.
Los cibernautas no perdieron tiempo y presentaron la comparativa, el antes y después, pasando de “mi estimado amigo” al ni te conozco. El fantasma estaba presente.
No será la primera vez que lo comente: cuida muy bien el contenido a redes sociales, porque nunca sabemos cuándo nos pueda aparecer un ánima en pena rondando nuestro perfil.
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