Por Abelardo Navarrete

DE TAXIS Y PELEAS

No estoy de acuerdo con lo que piensas pero acepto y defiendo tu postura. La falta de tolerancia hacia quienes son, se ven y piensan de manera diferente ha creado muchos de los conflictos que se viven actualmente, anteponiendo intereses particulares a la colectividad.

No cabe duda que cada persona es un mundo, pero también es real que dos cabezas piensan mejor que una, desde la óptica que se elija, tanto para construir como para destruir, pues son las propias diferencias lo que hace que las personas sean distintas entre sí y únicas.

Definitivamente cada persona libra todos los días una batalla distinta, en escala proporcional, las falta de acuerdos producen situaciones que complican la convivencia entre los ciudadanos, prueba de ello, se puede ver entre los trabajadores del volante, quienes al no estar en la misma sintonía siendo una unión grande con un buen número de vehículos de alquiler, se vieron orillados a separase en dos grupos que pelean la misma base, debido a que sus líderes respectivos no pueden conciliar sus diferencias.

Ante esto la autoridad no hace más que servir como testigo de honor tratando de mediar la situación para aminorar los problemas que al fin de cuentas afectan a la población, ya que esta pequeña guerra entre las uniones de taxistas locales, se bloquean las calles, encierran a los vehículos contrarios, para evitar que presten un servicio, cuando la gente es libre de elegir el carro que desea usar para ser trasladado de un punto a otro de la ciudad.

Al no haber alguien competente que tome cartas en el asunto, la situación puede crecer hasta salirse de control, escenario que no es hipotético, pues en días pasados incluso hubo intercambio de golpes, insultos y más por no respetar los lugares destinados a una misma base de taxis.

Como mencionaba cada quien libra día a día una batalla distinta, pero el principio es el mismo, pues la falta de tolerancia, donde privilegie el diálogo, genera desesperación que lleva a los involucrados a no encontrar una salida distinta que la confrontación directa para arreglar sus conflictos, aunque es la solución menos viable para ello.

Cuando era niño, mis padres decían que para iniciar cualquier pelea se necesitan dos tontos, uno que inicie y otro que lo siga, es una premisa muy cierta, que desafortunadamente pocos toman en cuenta, basta una mirada fea, una palabra altisonante, para comenzar un problema. Que desafortunada situación.

Pasa lo mismo a grandes escalas, atentados en los países de oriente medio, por razones poco claras, con respuesta sumamente agresiva por parte de su gente hacia los países de occidente en lo que parece ser una nueva guerra, que según el horizonte que se percibe, nos vendrá a afectar a todos.

Que Dios nos agarre confesados.

 

¡Hasta la Próxima!