• Casi la mitad de la población ocupada de 60 años o más (49.6%) trabaja por cuenta propia.

El 14 de diciembre de 1990 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 1º de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad (ONU, 1990, p.211), para reconocer la contribución de los adultos mayores al desarrollo económico y social, así como resaltar las oportunidades y los retos asociados al envejecimiento demográfico.

PARTICIPACIÓN ECONÓMICA

Entre los principios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a favor de los adultos mayores, resalta “la oportunidad de trabajar o de tener acceso a otras posibilidades de obtener ingresos” (ONU, 1999, s/p).

Acorde con este principio, la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, establece en su artículo 5º, que las personas de 60 años o más deben tener la “igualdad de oportunidades en el acceso al trabajo o de otras opciones que les permitan un ingreso propio y desempeñarse en forma productiva tanto tiempo como lo deseen, así como a recibir protección de las disposiciones de la Ley Federal del Trabajo y de otros ordenamientos de carácter laboral” (CDHCU, 2012, p.4).

Información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indica que, en el segundo trimestre de 2018, el porcentaje de Población Económicamente Activa (PEA) de 60 años o más es de 34.1 por ciento. En este universo (5 120 459 personas) se encuentra la población ocupada, la cual representa 98.9% y el complemento (1.1%) son personas de edad que buscan trabajo.

Conforme se incrementa la edad, el porcentaje de la PEA disminuye de 48.4% entre la población de 60 a 64 años a 16.5% en los que tienen 75 años o más.

Por sexo, su concentración es mayor en los hombres que en las mujeres en todos los grupos de edad; sin embargo, en la población de 75 años o más esta brecha es más alta (27.1% en hombres respecto al 7.7% observado en las mujeres).

CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN OCUPADA

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) argumenta que la mayor parte de las actividades generadoras de ingreso de las personas de edad son las que provienen del trabajo por cuenta propia.

De acuerdo con este organismo “esto puede ser consecuencia tanto de la discriminación que obstaculiza el acceso por parte de las personas mayores a un empleo asalariado, como del deseo de estas personas de trabajar de manera independiente, aprovechando las cualificaciones adquiridas a lo largo de su vida laboral para hacerlo en condiciones que permitan una mayor flexibilidad a la hora de organizar sus actividades laborales y de la vida diaria” (CEPAL-OIT, 2018, p. 6).

Información de la ENOE indica que la mayoría de la población ocupada de 60 años o más labora por cuenta propia (49.6%), seguidos por los trabajadores subordinados y remunerados (37.6 por ciento).

Son pocos los que llegan a una ead avanzada y tienen los recursos para ser empleadores (8.9%), mientras que otros, no perciben remuneración por su trabajo (3.9 por ciento). En estas dos últimas categorías es donde se observan diferencias muy importantes por sexo: el porcentaje de empleadores varones (10.8%) representa el doble que en las mujeres (5%); mientras que en los trabajadores no remunerados, las mujeres (8.4%) tienen mucho mayor presencia –casi cinco veces más-, que en los hombres (1.8 por ciento).

Tipo de ocupación

Conforme a su actividad de ocupación, 21.3% de la población ocupada de 60 años o más se dedican a actividades elementales y de apoyo, 20.8% son trabajadores agropecuarios y 15.2% son comerciantes, empleados y agentes en ventas. Son pocos los trabajadores dedicados a actividades administrativas (2.7%) o son funcionarios, directores o jefes (2.8 por ciento).
Ocupación informal

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “el trabajo en condiciones de informalidad es un problema persistente en América Latina y el Caribe” (OIT, 2014b, p.3).

En México, 56.6% de la población de 15 años o más se ocupa bajo la informalidad, siendo la población de 60 años o más la que muestra el porcentaje más alto (74.2 por ciento).

Ingreso por trabajo

La OIT argumenta que “el ingreso por trabajo es un factor esencial para mejorar el bienestar del hogar” (OIT, 2014a, p.7) y en los adultos mayores es el más bajo comparado a otros grupos de edad; 30 de cada 100 personas de edad que están ocupadas (29.5%) ganan hasta un salario mínimo y 23.8%, obtiene ingresos de más de un salario y hasta dos salarios mínimos, además es el grupo de edad que muestra el mayor porcentaje de trabajadores sin ingreso (10 por ciento).

Adultos Mayores