Ciudad de México. 20 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- La sexualidad es un tema que ha sido poco abordado en investigaciones sociales enfocadas en migrantes mexicanos en Estados Unidos, sobre todo en las formas en que la construyen, cuestionan y redefinen en ambos lados de la frontera.

Frente a ello, el doctor Óscar Hernández Hernández, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), hizo una revisión de la literatura sobre migración transnacional realizada en México, que aborda este fenómeno desde la perspectiva de los sentimientos y las emociones, el significado y uso del cuerpo, así como del erotismo y las intimidades.

En “Sexualidades transnacionales. Varones y mujeres migrantes en Estados Unidos y México”, el doctor en antropología social por El Colegio de Michoacán (Colmich) retoma los trabajos realizados para conocer los hallazgos y las aportaciones categorizados por sexo, generación y orientación sexual.

“Hicimos un balance de la producción sobre esta temática y partimos de una motivación, que fue que la migración de mexicanos a Estados Unidos está sobreestudiada en temas relacionados con las remesas, la violación a los derechos humanos, así como las trayectorias y riesgos que conlleva la migración. Fue entonces que centramos la mirada en cuestiones subjetivadas y en las dimensiones emocionales”.

En entrevista, señala que en el análisis descubrió tres líneas de investigación que han sido abordadas en el tema de sexualidades transnacionales —como él lo identifica—. La primera en torno a los hombres que migran al país del norte, que comienzan relaciones sentimentales e incurren en prácticas sexuales (con implicaciones de infecciones y enfermedades); y a las mujeres que se quedan en México, quienes redefinen la conyugalidad.

La segunda enfocada en las mujeres migrantes sobre el trato con menor tinte machista que reciben de su pareja radicando ambos en Estados Unidos, pero que se presenta con mayor intensidad a su regreso a nuestro país. Finalmente, destacan los trabajos sobre el estudio de los jóvenes que redefinen la sexualidad desde una visión de mayor libertad, además de los varones declarados como homosexuales que migran —en cierta medida— en busca del respeto y goce de sus derechos de diversidad sexual.

Sentimientos y emociones

Estos temas de investigación son delicados porque remiten a los sentimientos y las emociones que se abordan, es por ello que privilegian métodos cualitativos con el propósito de captar las experiencias y vivencias de las personas, detalla el doctor Óscar Hernández.

El también profesor del Departamento de Estudios Sociales de El Colef, sede Matamoros, señala que a través de ellos logran lo que en psicología se denomina rapport, es decir, empatía y acercamiento. En ese propósito las técnicas que utilizan son la entrevista abierta y los relatos de vida.

“Un trabajo que puede ejemplificar esto es el que ha realizado la doctora Gloria González López, una colega que está en la Universidad de Texas, en Austin, titulado Travesías eróticas. La vida sexual de mujeres y hombres migrantes de México, y que recopilo en este balance. En él, justamente se aborda la sexualidad entre los migrantes y lo que destaca es el uso de metodologías subjetivas y sensibles para captar experiencias de la sexualidad entre los migrantes”, indica.

En general —indica el académico— las investigaciones muestran a grandes rasgos que en México todavía hay tensiones en términos culturales de las identidades y las relaciones de género.

“Todavía es muy marcada la idea del varón que migra a Estados Unidos por la presión cultural de que es el proveedor económico y que ello puede darle autoridad, si cumple esa función, sobre los movimientos corporales y los despliegues sexuales de su pareja, lo que provoca una tensión permanente. También están otras tensiones, por ejemplo cuando algunas mujeres parejas de migrantes empiezan a redefinir sus esquemas culturales en las comunidades de origen; o bien, cuando ellas viajan con sus parejas y parece que allá las relaciones de género son más igualitarias. Entonces, los contextos políticos y sociales marcan mucho el matiz que van a tener las relaciones e identidades de género”, explica.

En el caso de los jóvenes, abunda, el propósito de migrar no solo se atribuye a la búsqueda de trabajo, a causa de la violencia o por ramificación familiar, sino también por encontrar otros esquemas culturales relacionados con la recreación social y relacionados específicamente con la diversión y la diversidad sexual.

“El caso de los varones que se han declarado como homosexuales, que migran porque en México las condiciones de apertura hacia la diversidad sexual no son las más idóneas, evidencia que en nuestro país todavía hay una agenda pendiente en torno al respeto a la diversidad sexual”, añade.

El investigador nacional nivel I concluye que los estudios destacan que con la migración transnacional, en la mayoría de casos, los varones entablan relaciones de pareja en Estados Unidos, aun teniendo pareja en México, que conllevan vínculos de intimidad, en cuanto que incurren en prácticas sexuales riesgosas para ellos como para sus parejas.

Puntualiza que los estudiosos al respecto han dejado la visión androcéntrica centrando la mirada en las mujeres parejas de migrantes, así como en los jóvenes que construyen su sexualidad a temprana edad, con mínima atención en prácticas sexuales seguras.

“Me parece que los resultados de estudios centrados en la migración y la sexualidad podrían derivar en recomendaciones en el sentido de la cultura, de las emociones y del respeto de la diversidad sexual en México, para poder demandar el respeto en otros países”, concluye.

El trabajo “Sexualidades transnacionales. Varones y mujeres migrantes en Estados Unidos y México” fue realizado para ser presentado en el Congreso Internacional sobre Estudios de Diversidad Sexual en Iberoamérica, en el que se presentan estudios sociohistóricos de la sexualidad.