El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe.
  • Por Bruno Eduardo Aceves Alejandre

La Piedad, Michoacán. 21 de septiembre de 2018.- Este viernes me encontré una escena común en La Piedad y en toda la región. Un vehículo, en este caso una motocicleta, sobre la banqueta. Dentro de mi labor como reportero me pareció pertinente tomar la foto con la que ilustro esta nota. De hecho, di dos vueltas más antes de esperando a que se fuera del sitio, dándole el beneficio de la duda

La respuesta del conductor fue seguirme y cuestionarme. Me limité a decirle que lo que hizo está mal, pues las banquetas son para los peatones.

Una de las personas con las que se encontraba platicando plácidamente en la banqueta también me siguió a pie y me dijo que si los del municipio, cuyas oficinas se encuentran enfrente de donde estaban, no les había dicho nada. Yo no tenía por qué decírselos. Y tal cual me expresó:

-Cuando usted sea presidente municipal, nos dice que está mal”.

La mujer también me dijo que la motocicleta en la banqueta no me afectaba a mi, puesto que yo iba en un vehículo en la calle. Simplemente le espeté que antes que conductor soy peatón, como ella y como el motociclista en cuestión. Y le pedí que reconociera que lo que hizo estaba mal. A regañadientes ella aceptó y ambos seguimos por nuestro camino.

El cuadro que le relaté se repite todos los días a toda hora en La Piedad. Desde el automóvil que ocupa dos o tres espacios de estacionamiento, el que está sobre la banqueta, los detenidos en doble fila. O bien cuyo conductor finge ser persona con discapacidad, por que “que hueva” caminar tanto o bien, el clásico son sólo 5 minutos. Hay quien llegó al extremo de decirme que en esos lugares “no me roban”.

Si hablamos de motos la cosa es igual o peor. Motociclistas sin casco, en sentido contrario, con cinco pasajeros,  pero sobre todo sin el más mínimo respeto por los demás ciudadanos. Ya ni siquiera hablo de licencia de conducir o placas.

Caso aparte son los integrantes del comercio informal. Puestos de comida que ya son dueños de las banquetas. Vendedores que se apropian de los espacios de la gente. Personas que son enganchados por los líderes gremiales coludidos con las autoridades que no reportan los ingresos de las “cuotas” que pagan en cada municipio.

Cuando a todos y cada uno de estos personajes les haces saber que está mal su accionar, respuesta es siempre la misma: Si a ti no te afecta por qué me dices. El problema es que sí me afecta porque soy persona y soy peatón. Pero esta escena no va a desaparecer hasta que todos los ciudadanos hagamos algo al respecto, levantemos las voz, exijamos a las autoridades, pero principalmente prediquemos con el ejemplo.

P.d. Capítulo aparte merece el estado de las aceras, las cocheras, los desniveles y los postes que le roban el espacio a los peatones en la banqueta.