• Por Christoph Driessen (dpa)

Todos los 6 de enero, cuando los católicos conmemoran a los Tres Reyes Magos, la catedral de Colonia, en Alemania, hace sonar sus campanas y se inunda de incienso.

Y tiene motivos de sobra: de acuerdo con la transmisión oral, los restos de los Tres Reyes Magos descansan en la famosa catedral próxima al río Rin, que al parecer fue construida para ellos. Es decir, uno de los templos más grandes del mundo, y sólo debido a un par de huesos.

Esto se debe a que en el Medioevo surgió una gran fascinación por estas reliquias, por lo que Colonia se convirtió en uno de los principales lugares de peregrinación después de Roma y Santiago de Compostela.

La magia sigue vigente hasta hoy en día: este lunes, la catedral de Colonia volvió a estar repleta. Primero fue abierto el relicario profuso de ornamentos que contiene los huesos, al parecer el más grande de su tipo. Y no sólo por un día, sino por toda la semana. Hasta el domingo inclusive se pueden ver desde detrás de una reja los cráneos de Gaspar, Melchor y Baltasar.

Catedral de Colonia Alemania

Numerosas leyendas rodean la historia de los enigmáticos sabios de Oriente. “El que hayan sido tres se desprende únicamente de que llevaron tres regalos: oro, incienso y mirra. Por otro lado, probablemente no hayan sido reyes”, explica el experto Manfred Becker-Huberti.

Esta denominación se emplea recién desde el siglo V, al parecer porque en el Antiguo Testamento se profetiza que el Mesías -el salvador- iba a recibir regalos por parte de reyes. “Los cristianos buscaban una justificación de que Jesús era realmente el Mesías”, añade.

El único autor de textos bíblicos en mencionar a los Reyes Magos fue San Mateo, que los llamó “magoi”. “Esto se puede traducir también como judiciario”, comenta Becker-Huberti.

Los “magoi” eran los miembros de la casta persa-babilónica de los sacerdotes, que se ocupaban de la astronomía y la astrología. El concepto “judiciario” (personas que estudian la posición y el movimiento de los astros) habría sido por ello el correcto.

Por supuesto, uno de los asuntos más intrigantes es la edad de los huesos que se conservan en el relicario de Colonia. Antiguos son, sin dudas. Fueron obtenidos como botín de guerra en el año 1164 y llevados de Milán a Colonia.

Sin embargo, los huesos nunca fueron analizados con métodos científicos, sino sólo las telas que los envuelven. El resultado: se trata de damasco de seda, púrpura y seda de origen sirio del siglo 2 ó 3 después de Cristo. Es decir que son antiguos, aunque no de la época en que nació Jesús.

Por otra parte, hay un aspecto que hace que los Reyes Magos sean actuales hasta el día de hoy. Ya en la Edad Media, se le atribuyó a cada uno la representación de los continentes conocidos hasta entonces, es decir Europa, Asia y África. De esta forma, representan a personas de todo el mundo y, además, están de viaje.

Algo que coincide con el espíritu de una ciudad como Colonia, en la que conviven personas de más de 180 países con más de 150 religiones distintas.

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