• Al crecer las ciudades y zonas de cultivo en hábitats de especies únicas en el mundo llevan consigo a especies que depredadoras como palomas y ratas.

San Francisco, Cal. 5 de diciembre de 2018 (Notimex).- El uso de la tierra para asentamientos humanos y la agricultura tiene un efecto negativo importante en la biodiversidad a nivel mundial, ya que animales asociados como palomas y ratas expanden sus hábitats, a costa de especies únicas e icónicas que están desapareciendo.

Investigadores británicos llevaron a cabo un estudio global sobre especies y hábitats para hallar diferencias consistentes en la composición del ensamblaje relacionadas con el uso de la tierra.

Tras un análisis detallado de datos de 20 mil animales y plantas en 81 países, encontraron que sí hay cambios negativos en la biodiversidad originados por los asentamientos humanos y la agricultura, pero no todas las especies se ven afectadas, de hecho algunas se benefician de la creación de un nuevo hábitat.

Las especies geográficamente raras pueden verse más afectadas de manera negativa por el uso de la tierra que las especies generalizadas, indican los investigadores en un artículo publicado en la revista científica PLOS Biology.

En comparación con el hábitat natural, los conjuntos en hábitats perturbados tienen especies más extendidas en promedio, especialmente en áreas urbanas y en los trópicos, lo cual significa que el uso humano de la tierra tiende a homogeneizar la composición animal a través del espacio.

Así, encontraron que animales que ocupan un área grande tienden a aumentar en lugares donde los humanos usan la tierra, es decir están ganando terreno a especies menos comunes que sólo pueden sobrevivir en ciertos hábitats.

“Nuestros resultados son muy importantes para la conservación de la biodiversidad porque las especies de rango estrecho suelen tener un mayor riesgo de extinción que las especies generalizadas”, dicen los investigadores.

Además, el cambio a especies más extendidas también puede afectar el funcionamiento del ecosistema al reducir tanto la contribución de especies raras como la diversidad de las respuestas de las especies a los cambios ambientales entre los ensamblajes locales, añaden.

Las ratas, ratones, gorriones y palomas son ejemplos de especies con amplios rangos que crecen bien cuando los hábitats naturales son reemplazados por tierras de cultivo y ciudades, mientras que los perdedores incluyen a animales que pueden tener un gran valor cultural, como los rinocerontes y los tigres.