LOS MILLENIALS NO PODEMOS ESPERAR

B-Social, por Brenda Orozco

Perezosos, narcisistas y consentidos. Las feas etiquetas que nos ponen a los Millenials y puede que haya algo de cierto en eso, sobre todo cuando de televisión y consumo de contenidos se trata.

Los nacidos entre 1984 y 2000 somos críticos, exigentes, participativos y muy digitales. Somos la pesadilla de las cadenas de televisión comerciales y el reto de los medios impresos. A los millenials no nos gusta esperar, es por ello que ver un capítulo por día de alguna serie y además con comerciales, es algo que ya no funciona.

Yo aún disfruto el olor del periódico por la mañana, leer revistas y hojear los semanarios, pero lamentablemente a muchos de esta generación no, por lo que los medios tradicionales tienen cada vez menos penetración en los jóvenes. Incluso los medios que migraron a plataformas digitales tienen que modificar sus formatos y replantear su manera de presentar las notas, ya que un artículo muy extenso o una columna como aquellas noventeras de bíblicas proporciones ya no son leídas de manera integral. Lo que anteriormente era un reportaje de investigación de varias páginas o en planas centrales, ahora tiene que ser convertido en infografías, secuencias multimedia, videos o audios (como la nueva versión del Chico Tazo que puedes ver aquí en Brunoticias)

Actualmente, podemos “ver” varias pantallas al mismo tiempo: leyendo mensajes en el celular, trabajando en una laptop y con una película en la televisión (en Netflix o similar). Y bueno, eso es un verdadero reto para los productores que estaban habituados a tener consumidores pegados UNA pantalla, con una programación de baja calidad pero con muchos anunciantes. ¡Los jingles eran parte de la cultura general!

Crecimos viendo series y caricaturas que terminaban en un cardiaco “Continuará…” y que estrenaban capítulos cada semana ¡cada semana! Y sin problema esperábamos. Había series, programas unitarios y telenovelas que duraban años y seguían al aire mientras tuvieran rating respetable o patrocinadores que pagaran los sueldos de los actores. Había repeticiones infinitas de Caballeros del Zodiaco, Candy Candy, Power Rangers, Dragon Ball…

Ahora, la televisión on demand sube la temporada completa en una fecha anunciada con bombo y platillo, hacemos maratones de dos días (a veces menos) y nos torturan por un año completo esperando la siguiente temporada. En el inter buscamos todo lo que podemos sobre la serie, los easter eggs en los trailers, nos suscribimos a canales para fans, seguimos en twitter e instagram a los actores para escudriñar si dan pistas de la siguiente temporada ¡en fin! Especulando lo que vendrá después.

La pesadilla de todo millenial: LOS SPOILERS. Pasamos tanto tiempo en redes y manifestamos lo mucho que esperamos tal o cual película de culto que resulta divertido para algunos payasos revelar lo que ellos ya vieron. Previo a los estrenos muchos optan por bloquear ciertos hashtag o de plano cerrar las sesiones en sus redes sociales.

Hace un par de años se veía con recelo a los que compraban sus películas piratas en CD en los puestos callejeros y se lanzaron campañas como la muy famosa “tengo un papá pidata” y ahora con mucha facilidad se pueden descargar contenidos que están disponibles en otros países y en México no. Déjame decirte amigo millenial que eso es piratería, ya que de cualquier forma que lo veas son descargas ilegales.

La televisión con su programación tradicional se resiste a morir, pero los anunciantes no se rinden. Los encontramos en cada uno de las plataformas que usamos y son terriblemente invasivos; llegan a ser tan molestos que hay que pagar por no verlos (en Spotify por ejemplo)

Vivimos tiempos distintos a los de nuestros padres, es cierto, pero también nos toca estar en una época en la que los grandes iconos de nuestra infancia regresan renovados, con películas retro  y súper héroes de todas latitudes ¡Es una gran época para ser nerd!

Puede que nos ames o nos odies, pero los millenials estaremos aquí por largo rato.

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