• Un estudio señala que más del 20 por ciento de las mujeres embarazadas se automedican con productos hechos a base de plantas medicinales o analgésicos.
  • Por Carmen Báez

Ciudad de México. 6 de junio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El consumo de medicamentos por iniciativa propia sin la prescripción o supervisión de un médico es una actividad común en la población, pero hacerlo durante el embarazo representa un riesgo importante para la salud de la madre y el bebé.

De acuerdo con especialistas, la automedicación durante el embarazo oscila aproximadamente entre 30 y 70 por ciento, y los principales síntomas relacionados con esta actividad son náuseas, resfriado común y dolores de cabeza.

Con la referencia de que hasta ahora no había en México un estudio clínico sobre la automedicación en mujeres gestantes publicado en alguna revista internacional de investigación, un equipo de especialistas del cuerpo académico de Farmacia y Química Clínica de la Universidad de Guanajuato (UG) realizó una investigación para evaluar la prevalencia y los factores asociados con la automedicación entre mujeres mexicanas.

La investigación, publicada en la revista especializada internacional Saudi Pharmaceutical Journal bajo el titulo Self-medication practice in pregnant women from central Mexico, reveló que la automedicación de plantas medicinales y medicamentos alopáticos es una práctica común entre las mujeres embarazadas del centro del país.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores entrevistaron a mil 800 mujeres embarazadas de los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y Querétaro, donde vive 53 por ciento de la población y anualmente se registra 40 por ciento de los recién nacidos del país, explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Ángel Josabad Alonso Castro.

Ángel Josabad Alonso Castro, doctor en ciencias bioquímicas y líder del estudio, señaló que más de 20 por ciento de las mujeres que formaron parte de la muestra se automedican con productos hechos a base de plantas medicinales y analgésicos, principalmente, aunque también con otros productos como vitaminas y complementos alimenticios. ¿La razón principal? Aliviar los síntomas más comunes durante el embarazo.

Esta práctica, dijo Alonso Castro, tiene una influencia importante de familiares y amigos, pero además, las mujeres con más nivel de educación ejercen con mayor frecuencia el autoconsumo de medicamentos tanto alópatas como herbales.

“Creemos que entre mayor sea la preparación académica, la mujer tiene más confianza en la automedicación. Quizá es algo intuitivo y piensan que al tener el conocimiento son capaces de tomar una decisión de este tipo. También vimos que fumar y el consumo de alcohol son factores asociados con la automedicación durante el embarazo”, expresó.

Riesgos potenciales

Las plantas más comunes utilizadas durante el embarazo son manzanilla (Matricaria chamomilla), limón (Citrus × limon), menta (Mentha), árnica (Arnica montana), sábila (Aloe vera) y jengibre (Zingiber officinale), para aliviar malestares como náuseas, estreñimiento, migraña y resfriado común, principalmente.

La relevancia del uso de medicamentos herbales durante el embarazo, explicó el doctor Alonso Castro, radica en que aún son escasos los estudios que aseguren su inocuidad durante una etapa delicada como la gestación.

“En algunos casos, las dosis seguras de plantas medicinales se desconocen. Árnica y ruda se utilizan de manera tradicional para disminuir la inflamación, pero su consumo en dosis elevadas puede ocasionar aborto. En este estudio vemos que la árnica es la planta número cuatro con mayor incidencia de uso. Muchas mujeres las utilizan sin darse cuenta del daño que ocasiona durante el embarazo“.

De acuerdo con estudios realizados en animales de laboratorio, el consumo de ciertas dosis de ruda deriva en malformaciones congénitas, aseguró el doctor Alonso Castro, pero, dijo, aún no hay estudios clínicos que den respuesta a esta asociación.

¿Y los fármacos?

A diferencia de las plantas medicinales, las mujeres embarazadas recurrieron a la automedicación de analgésicos —paracetamol, bonadoxina y omeprazol, principalmente— para el tratamiento de fatiga, migraña, dolor de espalda y gastritis.

El estudio dirigido por Ángel Alonso Castro indica que el uso prolongado de paracetamol durante el embarazo se asocia a trastornos respiratorios y neurológicos (hiperactividad, autismo, por ejemplo) en los recién nacidos.

“Aunque se ha reportado que el consumo frecuente de paracetamol ocasiona hepatotoxicidad, es decir, daño en el hígado, no se han identificado consecuencias sobre su consumo durante el embarazo, no sabemos si los hay”, compartió el doctor Alonso Castro.

Los estudios relacionados con el consumo de analgésicos y sus posibles consecuencias en mujeres embarazadas son escasos, por tanto, uno de los proyectos próximos del doctor Ángel Alonso Castro dará seguimiento al embarazo de mujeres que reporten el consumo de plantas medicinales en su condición.

“Queremos ver si el consumo de estos medicamentos herbales y alopáticos influye en algún problema médico. En el caso de las plantas medicinales no podemos asegurar que son completamente inocuas si se consumen durante el embarazo, muchas plantas medicinales carecen de información sobre su toxicidad y efectos farmacológicos”, compartió.

Para el científico, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), es necesario empoderar a la población con información al respecto y evitar riesgos potenciales para el feto e incluso para la madre.

“Por un lado, hay que dar mayor información a la población acerca del consumo de medicamentos herbales, muchas veces se venden con la primicia de que no harán ningún daño. Los pacientes deben tener más confianza con el personal de salud, porque vemos que la mayoría de las entrevistadas no reportó a su médico el consumo de medicamentos sin la prescripción. Es importante que las mujeres sepan que durante el embarazo no deben consumir ciertas plantas”, concluyó.