• Se perdieron en 20 mil hectáreas de bosques dio a conocer el titular de la PROFEPA.
  • Por Salvador Y. Maldonado

GUADALAJARA Jalisco. 4 de diciembre de 2017.- El modelo de producción del aguacate de Michoacán al perfilarse con un alto costo de deterioro ambiental debido a la deforestación, es un modelo que no debe ser replicado en otros estados donde se produce este alimento de creciente demanda internacional y doméstica , aseguró el titular de la Procuraduría Federal de Defensa de Protección al Ambiente (PROFEPA), Guillermo Haro Bélchez.

Precisó que entre los puntos cuestionables del aguacate michoacano, se destaca que su cultivo está asociado al creciente aumento de la desforestación que se tiene en esta entidad, donde anualmente se talado 20 mil hectáreas de bosque en promedio actual en los años recientes  (con repercusiones en varios ámbitos), y en esto han contribuido significativamente los predios de la Persea americana .

Indicó que si bien el aguacate, tanto en Michoacán como en  otras seis entidades donde hay plantaciones, es promovido por otras dependencias federales y estales del sector económico con justificados motivos por su importancia en la inversión y el empleo, la PROFEPA insistirá en que su crecimiento sea con un enfoque sustentable.

El abanderado de la PROFEPA expresó lo anterior en el contexto  de la firma de un convenio con la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate de Jalisco (APEAJAL), con el fin de que los agremiados de esta organización se sumen al Programa Nacional de Auditoría Ambiental (PNAA).

Detalló que en el caso de Jalisco se han incrementado las acciones de vigilancia lo que  ha traído sanciones contra dueños de predios aguacateros  que no han acatado la normatividad ambiental. Citó que al momento, se tienen  bajo  control de la PROFEFA terrenos de huertas que superan las 200 hectáreas y  que están en litigio.

A su vez, el delegado de la SAGARPA en Jalisco, Javier Guízar  Macías, hizo mención que de las 23 mil hectáreas del campo aguacatero, alrededor de 30 por ciento tienen algún tipo de irregularidad en materia ambiental, por lo que este  convenio trae la oportunidad de cambiar las cosas.

Dijo  que  lo deseable es que las nuevas plantaciones se encaminen desde el principio bajo los parámetros  pedidos por las certificaciones ambientales.

El directivo del Sistema Producto Aguacate Jalisco, Rafael González Flores, comentó que hay interés de los productores en acreditar la certificación de sus predios en la normatividad ambiental, dado que “somos los primeros en que esto se certifique”.

Adujo que en gran parte de las huertas irregulares que hay en Jalisco, el impacto es reversible, si hay la voluntad necesaria y este convenio puede marcar la pauta para ello.

Urge la nueva Ley Forestal

Haro Bélchez refirió que el mismo convenio que se ha suscrito con  los aguacateros de Jalisco se pretende replicar en otros Estados. También adujo que se espera hacer lo mismo con los productores de agave y de berries, dado que los productores de estos cultivos también deben certificarse en materia ambiental.

También trajo a colación que un instrumento clave para avanzar en contra de la desforestación, será la nueva Ley Forestal que está en proceso de culminación y aprobación de parte del Poder Legislativo de la  Federación.

Hizo notar que el Congreso Federal ya aprobó nueva ley forestal que moderniza y actualiza cadena productiva, entre las cosas buenas, los programas de apoyo al campo no tendrán dinero en aquella porción de tierra que antes era bosque, y no cuente con manifiestos de impacto ambiental y autorización de cambio de uso de suelo; tampoco tendrá facultades el ayuntamiento para dar un solo permiso de construcción en el bosque. El gobierno está a favor del crecimiento, pero debe ser sustentable”.

EL DATO

Las dependencias ambientales  tienen el cometido de sacar adelante la agenda de protección a los bosques ante los compromisos del país para llegar a la “tasa cero” en deforestación; también  se destaca que la tasa de pérdida de ecosistemas forestales va a la baja, pero aún se pierden casi 96 mil hectáreas al año.  Existen el país, 108 zonas críticas forestales, con tala ilegal, y en muchas de estas no se pueden hacer operativos por delincuencia y el crimen organizado.

Además se tiene el reto de vigilar de forma más puntual el crecimiento de las manchas urbanas, donde hay el problema de desarrollos urbanos muy depredadores..

PROFEPA.