• Por Pablo Miranda Ramírez

Guadalajara, Jalisco. 18 de junio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).– El doctor Ramiro Vallejo Rodríguez, investigador del área de Tecnología Ambiental del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), encabezó un proyecto de investigación para determinar la presencia de compuestos disruptores endocrinos (CDE), que son microcontaminantes que pueden causar daños al sistema endocrino de los seres vivos.

Aunque ya existen parámetros para evaluar la calidad del agua, hay microcontaminantes que escapan a la norma, y que en caso de ser ignorados podrían detonar en potenciales daños a la salud. Tomando como objeto de estudio el lago de Chapala, Vallejo Rodríguez encabeza a un equipo de científicos que analizaron la posible presencia de CDE en ese cuerpo de agua.

“La contaminación puede verse de manera muy general, y existen parámetros tales como sólidos suspendidos, demanda química de oxígeno o demanda bioquímica, que son análisis básicos pero dan una idea de la calidad del agua; sin embargo, hay otros contaminantes que son de suma importancia, como los compuestos disruptores endocrinos que en cantidades de nanogramos pueden provocar efectos en los peces”, explica.

El investigador señala que en el caso de los peces, este microcontaminante puede causar alteración sexual, situación que puede desencadenar en la disminución de la fecundidad de los mismos; por otra parte, aún se desconoce qué efectos podría tener en otros seres vivos o en humanos que consuman estos animales como alimento, proceso que se encuentra en estudio por otros científicos.

Vallejo Rodríguez resalta que este tipo de compuestos puede presentarse a raíz de la descarga de aguas residuales municipales o industriales que no cumplen con un tratamiento de calidad.

El proyecto “Evaluación de la calidad de agua de fuentes de abastecimiento con presencia de CDE (compuestos disruptores endocrinos) y su riesgo potencial a la salud pública tomando como modelo al Lago de Chapala” formó parte del programa Problemas Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en 2014, por lo que obtuvo financiamiento para ahondar en esta investigación científica.

“Investigadores de la Universidad Baylor, en Texas, ya habían demostrado la evaluación de un parámetro llamado estrogenicidad, que es la disrupción que podría haber de esteroides o sustancias en el radio sexual de los peces. Nosotros nos dimos a la tarea de elaborar una propuesta de trabajo donde se incluyó esa prueba y la detección de compuestos disruptores y con esos recursos iniciamos con la investigación en el lago de Chapala”.

Análisis del agua

El proyecto que encabezó el doctor Ramiro Vallejo Rodríguez inició en 2015 y apenas concluyó en diciembre pasado. Para la investigación se realizó una serie de muestreos del agua del lago, que fue recolectada en dos años durante los periodos de sequía y de lluvias para realizar un análisis comparativo.

El doctor Vallejo Rodríguez relata que en esas muestras de agua se analizaron los parámetros de campo y fisicoquímicos en laboratorio, la presencia de los compuestos emergentes y también su estrogenicidad. Al agua también se le evaluó un índice de calidad, basado en la National Sanitation Foundation de Estados Unidos, para comprobar que cumplía con normas establecidas a nivel internacional.

En el caso del análisis de la estrogenicidad, se utilizó una cepa modificada con un gen humano, a esta se le aplicó la muestra de agua y se corroboró que se presentaba en ella estrogenicidad y que podría afectar a los peces. El investigador señala que las muestras fueron recolectadas en 17 puntos del lago y algunas de las zonas elegidas son próximas a asentamientos.

“Hemos encontrado pesticidas, esteroides, fármacos, principalmente. Es lo que hemos detectado en la función de los compuestos que se establecieron en la calibración del método analítico. Hay algunos que han sobrepasado el límite de detección, que es el punto mínimo que puede leer el instrumento de cromatografía de gases”.

Vallejo Rodríguez asegura que los resultados de esta investigación no buscan alarmar a la población, sino que espera sean referentes en la prevención en la descarga de aguas tratadas inadecuadamente en los ríos que desembocan en el lago y que no aumenten los niveles de los microcontaminantes y así evitar que puedan convertirse en un problema de salud pública.

Degradación de CDE

Con una capacidad máxima de siete mil 897 millones de metros cúbicos, según la Comisión Estatal del Agua (CEA), el lago de Chapala es el cuerpo de agua dulce más grande de México, y también es la principal fuente de abastecimiento de la Zona Metropolitana de Guadalajara. El doctor Vallejo Rodríguez enfatiza que la magnitud del lago es también un referente para su cuidado.

Con el propósito de mejorar el agua, el proyecto del investigador contempla una segunda etapa en la que se prevé desarrollar métodos basados en catalizadores naturales y ozono para degradar los CDE que pudieran estar presentes en las plantas de tratamiento que desaguan en Chapala.

Durante la última etapa de la investigación, el equipo del doctor Vallejo Rodríguez realizó pruebas iniciales de degradación de los compuestos disruptores presentes en el agua del lago de Chapala; para este fin se usó coagulación y floculación química acoplada a ozonización. El investigador califica estos resultados como “prometedores”, pues se eliminó hasta 90 por ciento de la materia orgánica presente medida como demanda química de oxígeno.

“Las pruebas de tratamiento están orientadas a la degradación de estos compuestos. Hay evidencia de que se pueden degradar los CDE con procesos basados en oxidación utilizando ozono, y eso estamos haciendo: estableciendo condiciones óptimas para degradarlos”. Ramiro Vallejo Rodríguez destaca que estos resultados pueden ser útiles para que los órganos operadores de agua mejoren el proceso de tratamiento del líquido e implementen nuevos protocolos de calidad.

Chapala