• 16 por ciento de los deportados presentan algún problema de salud mental.
  • 40 por ciento de las mujeres deportadas sufren trastornos mentales.
  • 322 mil mexicanos fueron repatriados de Estados Unidos en 2013.

Se estima que el 16 por ciento de los migrantes repatriados de Estados Unidos a México presenta algún problema de salud mental que requiere atención especializada, detectó un estudio realizado por El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) y el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM).

Con la aplicación de un cuestionario —validado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)— se identificó que un porcentaje de los migrantes que ingresan al país por ser deportados de los Estados Unidos   experimenta manifestaciones emocionales como tristeza y ansiedad; físicas como fatiga y dolor de cabeza, o del pensamiento como confusión y dificultad para concentrarse.

El estudio Problemas de salud mental y factores asociados en personas deportadas a través de la frontera internacional en Baja California se realizó en el segundo trimestre de 2013 con recursos del Fondo Sectorial de Investigación en Salud y Seguridad Social (SS/IMSS/ISSSTE-Conacyt) y tuvo el propósito de analizar la prevalencia de los problemas de salud mental de los migranres al momento en que eran deportadas por la frontera norte del país.

En ese año, detalla un informe del Instituto Nacional de Migración (INM), más de 322 mil migrantes indocumentados mexicanos fueron deportados de Estados Unidos, de los cuales casi 17 mil fueron menores de edad. Este flujo migratorio se realizó a través de los nueve puntos de repatriación en los estados de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas y Sonora.

La doctora Ietza Bojórquez Chapela comparte que los resultados obtenidos permitieron calcular el volumen de la necesidad de atención a problemas de salud mental entre los migrantes, los cuales pueden aparecer con la deportación o en un tiempo posterior.

Los resultados muestran que en las mujeres, 40 por ciento presenta dichos problemas; mientras que en el caso de los varones, 12 por ciento presentó esos cuadros al responder la encuesta.

Los resultados indican que las mujeres son quienes tienden más a estos estados emocionales, pues al ser expulsadas de Estados Unidos dejan lazos familiares que les provocan ansiedad o depresión; aunque no es una situación exclusiva de ellas. Un dato a destacar es que ocho por ciento de las encuestadas reconoció haber pensado quitarse la vida; en el caso de los hombres representó dos por ciento.

“Encontramos cosas interesantes, como que a mayor tiempo de haber vivido en Estados Unidos existe mayor probabilidad de tener problemas de salud emocional y, por otro lado, que las personas que tenían a su pareja en ese país también tenían más problemas de salud emocional”, destaca la doctora en Ciencias de la Salud Pública por el Instituto Nacional de Salud Pública.