MIGRANTES EN NAVIDAD

Bioeconomundo por Rodrigo Diez de Sollano

Les comparto dos historias de migrantes en esta Navidad:

La primera historia ocurrió en el año 1 en Judea, que en aquel tiempo formaba parte del Imperio Romano y cuyo Emperador deseaba saber cuántos eran sus súbditos, por lo que ordenó que se realizara un censo de población y para ello cada familia debía empadronarse en la población de origen del padre. Así que José y María dejaron Nazareth de Galilea para dirigirse a Belén de Judá, no obstante que María estaba embarazada y el camino era muy largo…

Y aquí dejo la palabra a S. Lucas Evangelista. Capítulo 2, versículos del 1 al 7:

“Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazareth a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban ahí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue”.(1)

¿A cuántas familias de migrantes les habrá sucedido algo parecido? ¿En esas circunstancias qué pueden esperar de los habitantes de nuestra ciudad? ¿Qué pueden hacer las autoridades municipales o estatales?

La segunda historia sucedió en Guadalajara, (Jalisco, México) en el año 2018 como “daño colateral” de las políticas económicas y migratorias de los gobernantes de las naciones más poderosas y de los poderosos en el país de origen de los migrantes, que modificaron la vida familiar y personal de muchos de los habitantes de Centroamérica.

Transcribo la segunda historia con las palabras de una persona (2) que fue testigo presencial de los hechos:

“Con motivo del Día Internacional del #Migrante (18/dic), les comparto una Hebra de Paz Viva que viví y sentí con mucha fuerza y que cada que recuerdo y comparto me eriza la piel y me humecta los ojos:

Un mediodía me dirigí a una tienda grande donde venden productos exclusivos para cocinar, pan y muchas “delicatessen”. Antes de entrar estaba un joven migrante, cuando estuve suficientemente cerca de él me aborda y dice: “Vengo de Honduras y tengo hambre, ¿me podría comprar algo de comida?” “Si, ahora vuelvo”, le contesté.

A la salida una mujer iba delante de mi, a ella también le había pedido lo mismo. Se acercó a aquel muchacho de cara y manos llenas de tierra, con multitud de kilómetros encima, sin darse un baño desde quien sabe hace cuantos días o quizá en meses.

Yo pensé que le daría solamente el paquete y se retiraría, por lo que me acerqué mucho. De pronto, después de entregar la comida ella lo abrazó con fuerza y le dio un beso en la mejilla, luego sin soltarlo aun, le dijo: “Que no se te olvide nunca que tú vales lo mismo que cualquier persona que entramos aquí, sigue tu camino sabiendo esto”.

Nunca podré olvidar la cara de aquel muchacho, sin poder siquiera articular palabra. Se me nubló la vista de la emoción, pensé que él comprendía en apenas unos cuantos segundos la dimensión de ser humano en cualquier lugar que estuviera. Esa mujer le dio a aquel joven mucho más que comida y a mi, así sin cruzar siquiera una palabra, una entrañable escena que siempre recordaré.

Las Hebras de Paz Viva (HPV) son acciones que se presentan en situaciones de riesgo o en la vida cotidiana, en las que seres humanos vierten sus vidas en otras vidas para engendrarlas, protegerlas, alimentarlas, educarlas, cuidarlas, ayudarles a encaminarse, generarles gozo. En el grupo internacional del que formo parte y trabajamos esto, estamos convencidos de que por cada HPV heroica, en situaciones extremas, cargadas de violencia, hay miles de hebras en la normalidad cotidiana.

Este tiempo y todo el tiempo es muy bueno para ser protagonistas de HPV, de verlas y compartirlas, de visibilizar la paz, con ello pienso que logramos estar segur@s de que no todo está perdido” (2)

Que esta Navidad traiga paz, alimentación, salud y un lugar seguro donde vivir a las familias que están en el camino en busca de una mejor vida… y si tú puedes ser el conducto o facilitador de estas HPV, ¡Mejor todavía!

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Fuentes de Información:

  1. Lucas Evangelista- Cap.2, ver 1-7
  2. Dolores Pérez-Lazcarro / Grupo Internacional Hebras de Paz Viva / 2019
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