• El pecado es la raíz de todos los males vividos en México”, asegura Canónigo de la Arquidiócesis de México

Ciudad de México, 1 de febrero de 2019 (Gaudium Press).- El Canónigo penitenciario de la Arquidiócesis Primada de México, Padre Hugo Valdemar, aseguró, en su columna en el diario mexicano ‘ContraRéplica’, que la dramática situación de crímenes y violencia que el país vive tiene un origen “tan antiguo como la humanidad”. Pero también se refirió a la Muerte como culto.

Según el sacerdote, el origen de los males que asolan a México es “el pecado, esa transgresión contra Dios y sus mandamientos que no apenas lo ofende, sino que lastima a las demás personas, e inclusive la misma naturaleza”.

“Debemos preguntarnos dónde está el origen de todos los males que viene padeciendo nuestro país. San Pablo dice muy acertadamente en su Primera carta a Timoteo (6, 7-10), que la ganancia, es decir, el amor al dinero, es el origen de todos los males”, destacó.

Sobre eso, el Padre Hugo precisó que “el amor al dinero y el afán desmedido por tenerlo cueste lo que cueste, es la causa de la corrupción, del crimen organizado que trafica drogas, extorsiona y secuestra a las personas, y del robo de todo tipo que no tiene justificativa alguna, pues siempre se topará con el mandamiento ‘no robarás'”.

Y agregó que “las obras de Dios, que son el bien, la verdad y la justicia, nunca serán compatibles con las del demonio, que son la maldad, la mentira y la injusticia. Invocar a Dios para hacer el mal y salir con éxito es blasfemo, a Dios no se puede utilizar y pedir protección para hacer las obras del maligno. No solamente es una aberración, como también ofende la santidad y la bondad de Dios”.

“Por este mismo motivo no es posible ser cristiano y tener devoción a la Santa Muerte, pensando que tan horrenda superstición puede defender a los traficantes, secuestradores y ladrones”. El Padre Valdemar subrayó que no se puede usar a Dios como “cómplice del mal”, pues “Dios no está ahí para hacer nuestra voluntad, la verdadera Fe predica lo contrario, entender que debemos siempre hacer la voluntad de Dios, y entre sus mandamientos está el ‘no robarás’, ‘no matarás’, y ‘no codiciarás las cosas ajenas'”.

Concluyendo su mensaje, el Canónigo penitenciario de la Arquidiócesis Primada de México, advirtió que “si los católicos mexicanos guardasen los mandamientos de Dios, como país no estaríamos en una situación tan deplorable, pero la raíz de todos nuestros males está en el pecado personal. De poco valdrán los esfuerzos institucionales si no nos convertimos, es decir, si no cambiamos nuestra manera de pensar y actuar para vivir como Dios manda”. (EPC)

Muerte