¿PUEDES DEMOSTRAR TANTA COMPASIÓN COMO UN PERRO?

PREGUNTA INDISCRETA, por Bruno Eduardo Aceves Alejandre

“Yo creo en la integridad. Los perros la tienen. Los humanos muchas veces carecen de ella” César Millán

La mañana de este martes, sobre el Boulevard Lázaro Cárdenas en La Piedad fui testigo de una escena verdaderamente conmovedora. El cuerpo de un perro estaba tirado sobre el carril junto al jardín “Marcos H. Pulido”. Exactamente frente al templo de La Purísima en La Piedad. El animal, al parecer, acababa de ser atropellado. Lo sui géneris del cuadro fue que otro can, estaba junto al cadáver.

En el tiempo que me dio el alto del semáforo, alcancé a ver como el perro lamía el cuerpo de su compañero. Uno de los taxistas se acercó para retirar el cuerpo del cachorro inerte, pero se llevó como respuesta un gruñido. No aguanté ser sólo testigo y me bajé a tomar la foto que comparto con ustedes. Un animal demostrando más lealtad, más compañerismo, más “humanidad” que muchos de nosotros, los que nos decimos la especie “racional”.

El día nublado, prácticamente británico da mucho para reflexionar. En lo personal la fecha me pone aún más sensible. Pero el cuadro es digno de llevarse a las redes y hacerse público por su originalidad. Y esto lo extrapolo a nuestra realidad, a lo que vivimos, a lo que padecemos. Los homicidios, los asesinatos, ya nos son naturales, no nos conmueven, no nos inmutan. Son humanos matando a otros humanos, personas quitando la vida a similares.

El morbo de ver un cuerpo mutilado, desmembrado, torturado inunda las redes. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas de las redes sociales que veo a diario. Las grotescas escenas generan más “likes”, que las historias de triunfo y trascendencia. Entre más morboso sea, más vistas, más resultados, más tráfico. Esa es la compasión que los humanos mostramos por los nuestros. De ahí la trascendencia de la anécdota.

Ayer, una persona me narraba como “por diversión”, unos jóvenes de Numarán echaron a un perro en un costal para arrastrarlo con una moto. Al ver la escena antes descrita me cuestioné: ¿Un perro mataría por mero entretenimiento a un humano?. No lo creo, tal vez lo haría por hambre, por territorio, por ira, pero no para reírse. Por suerte, el animal fue rescatado.

No, no soy animalista, no soy vegano, ni estoy cerca de serlo. Pero si tengo perro y es verdaderamente la alegría de la casa. El sólo hecho de rascarle la panza me tranquiliza en un mal día.

Los perros renunciaron a su libertad, a su esencia para ser nuestros compañeros. A cambio de comida ellos han aceptado de todo. Lo que sí creo firmemente es que, si nosotros hubiésemos renunciado a nuestra libertad para irnos con los perros, creo que nos hubiera ido mejor que a ellos con nosotros. Pues ni siquiera mostramos esa compasión para los nuestros como lo hizo este can en medio del Boulevard Lázaro Cárdenas, frente a La Purísima. Una purísima muestra de humanidad en cuatro patas.

Dedicado a Luis David
18 años son muy pocos para poder cerrar una herida.
El Oso Bipolar