Mérida, Yucatán. 4 de noviembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El Agave sisalana, también conocido como henequén verde y ya’ax ki en maya, se declaró durante las últimas décadas inexistente y no nativo de la península de Yucatán, a pesar de haber sido originalmente una especie endémica de la región, desde donde se exportó hacia el resto del mundo. Sin embargo, Jorge Carlos Trejo Torres, investigador mexicano de The Institute for Regional Conservation de Florida, reveló los hallazgos recientes de la especie en cuatro localidades de Yucatán.

El Agave sisalana es uno de los cultivares ancestrales de agave de la cultura maya yucateca. Asimismo, es una de las especies parentales de otros híbridos generados en África y Asia que, en conjunto, han sido la fuente de hasta un 85 por ciento de la producción mundial de fibras duras de agave, comparado con el 10 por ciento proveniente del henequén blanco (Agave fourcroydes), el henequén yucateco más conocido en la actualidad.

Jorge Carlos Trejo Torres, doctor en ciencias biológicas por el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), señaló que su investigación en torno a la presencia de Agave sisalana en Yucatán se constituye como un recuento historiográfico de la especie, así como una aproximación botánica y etnobotánica sobre los usos y significados que se le otorgan en la región en la actualidad.

“Resulta que la tuvimos, la describimos científicamente, la usamos, se exportó, se regó por el mundo y casi desapareció de Yucatán, hasta ahora que la reencontramos”, expresó.

“De cerca de una docena de campesinos mayas con los que he hablado de la planta, solamente uno reconoce su nombre ya’ax ki, pero cuando lo reconocen me dicen que esa planta no sirve porque tiene una fibra muy fina, y esto es interesante porque precisamente por esa fibra fina se hizo todo un comercio mundial, mientras que aquí en Yucatán nos especializamos en cultivar el henequén blanco”, señaló.

Del ya’ax ki de Chemax al sisal de Perrine

“Cuando reconstruí el mapa encontré que a este agave no le gusta la sequía extrema como a otros, le gusta un poco más de agua y el suelo con un poco más de nutrientes. Por eso se cultivaba en la frontera de Yucatán con Campeche y Quintana Roo, donde hay suelos más profundos y llueve un poco más”, apuntó.

En 1982, el experto en botánica Howard Scott Gentry publicó el libro Agaves of Continental North America, en el que declaró que Agave sisalana no solo no existía en Yucatán, sino que la idea de su origen yucateco era una confusión, y que en realidad la planta era originaria del estado de Chiapas. De acuerdo con Trejo Torres, esto repercutió en la literatura y el saber taxonómico en México, que a lo largo de los años dio por sentado que esta información era cierta.

Redescubrimiento del cultivar ancestral

En 2013, caminando en medio de una selva cercana en el sur del estado de Yucatán, en el municipio de Oxkutzcab, Jorge Carlos Trejo Torres se encontró con un agave extraño que le congeló la mirada. Con el interés de conocer de qué variedad se trataba, pronto se dio cuenta de que estaba frente al famoso Agave sisalana.

“Me fui percatando de que en realidad hay información de esta especie, pero es información antigua que en algún momento se empezó a perder. Mientras más nos acercamos al presente, más fuimos perdiendo este conocimiento hasta el punto en que ya no sabemos cómo es y a considerar que no existió aquí”, apuntó Trejo Torres.

A partir del primer reencuentro, el investigador ha seguido tres líneas principales de evidencia de la especie en Yucatán: cuatro pueblos en donde han encontrado plantas vivas; seis muestras de herbario, incluyendo la colección original de Henry Perrine —considerado el ejemplar tipo, es decir, el acta de nacimiento o la huella digital de la especie—; y la revisión exhaustiva de la literatura.

Henequén verde en el mercado internacional

El Agave sisalana es una planta útil de la que se deriva la mayor producción de fibras duras en el mundo. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la producción mundial de la fibra obtenida del Agave sisalana está estimada en alrededor de 300 mil toneladas, con un valor de 75 millones de dólares.

Al ser una fibra larga, flexible y de excelente calidad, se usa comúnmente para papeles especiales, que son, al mismo tiempo, finos y muy resistentes. Bolsas para té, papel para cigarros, papel carbón, filtros para café, billetes, chequeras y periódicos son algunos productos elaborados con este tipo de papeles.

Agave sisalana, planta rara con importancia cultural

Para George Gann, investigador de The Institute for Regional Conservation, la importancia de una planta rara como el Agave sisalana radica en su relación estrecha con la historia y la herencia de Yucatán. Por otra parte, es una especie cultivada alrededor del mundo y, curiosamente, en Florida se comporta como una especie invasora.

“Si habláramos con algún conservacionista, nos diría que no habría que prestarle atención porque se cultiva en todo el mundo, pero este es el tipo de cosas que al instituto le interesan por ser parte de la historia, cultura, territorio y de la gente. En esto es en lo que nos especializamos, en prestar atención y hacer investigación profunda en las plantas que usualmente serían ignoradas por la comunidad científica”, apuntó.

En su colaboración con Jorge Carlos Trejo, a George Gann le interesa el impacto del redescubrimiento del henequén verde tanto en Yucatán como en el resto del mundo, el estudio de los posibles riesgos de la especie en las comunidades donde se ha hallado, así como la integración de la especie a la conservación global.