La Secretaría de Cultura de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza abrieron las puertas del primer sitio paleontológico del país adaptado para la visita pública: Rincón Colorado, ubicado en el municipio de General Cepeda, al sureste la entidad.

Desde hoy, Rincón Colorado, donde se conservan las huellas de las playas del periodo Cretácico y se ha descubierto una gran concentración de restos de dinosaurios herbívoros, llamados hadrosaurios, ofrece un viaje al pasado de la Tierra hace 72 millones de años, por las orillas del antiguo mar interior de Norteamérica, cuyas señales permanecen en el desierto, en las rocas y canteras ricas en fósiles marinos, de plantas e insectos además de los vestigios de hadrosaurios.

No obstante de que en el sitio paleontológico sólo se apreciarán reproducciones fieles a los restos óseos de hadrosaurios originales por motivos de conservación de los mismos, así como de su reserva para investigación de la mayoría de ellos, el yacimiento ofrece la oportunidad de introducirse a un espacio natural de 72 millones de años donde se pueden apreciar elementos geológicos del Cretácico, el último periodo de la era Mesozoica, visibles con la ayuda de cedularios informativos y didácticos.

Dos andadores conducen por 1.7 kilómetros que muestran el devenir de la vida en nuestro planeta y sus habitantes en esta porción de tierra que fue península rodeada de mar y hoy corresponde al desierto más extenso de Norteamérica.

La apertura del sitio, con el que crece a 192 la red de zonas abiertas al público por el INAH, siendo la primera del estado de Coahuila y la primera de carácter paleontológico, se logró luego de siete años de gestión por parte del instituto, a través del Centro INAH Coahuila, bajo la dirección de Francisco Aguilar, y el trabajo de la paleontóloga Felisa Aguilar, conjuntamente con el gobierno del estado de Coahuila y el municipio de General Cepeda.

En este tiempo se trabajó en el registro de su poligonal, de 8.79 hectáreas, el estado de Coahuila la decretó como zona natural protegida con carácter de zona paleontológica y concretó la compra de los terrenos ejidales donde se localiza el sitio, así como su donación al INAH. El instituto llevó a cabo labores museográficas, de adecuación y de gestión participativa para recibir al público. Rincón Colorado también es resultado de un intenso trabajo de investigación científica que se desarrolla desde finales del siglo XX por diversas instituciones académicas.

La ceremonia inaugural se llevó a cabo en la comunidad del ejido de Rincón Colorado, en el municipio de General Cepeda, a menos de 50 kilómetros de la capital estatal e integrado por 60 ejidatarios que en su mayoría viven del trabajo en maquiladoras y granjas avícolas. Ahí, donde las calles empolvadas llevan nombres de dinosaurios, se dispuso una gran carpa frente a tiranosaurios, la principal.

Al templete del presídium, donde lucía una gran figura del hadrosaurio (Velafrons coahuilensis) llegaba el olor de los comales que cocían lentamente tortillas hechas a mano para acompañar el alimento ofrecido en una gran verbena popular, con una muestra gastronómica de comida tradicional de General Cepeda preparada por cocineras tradicionales: chilacas con queso flameadas al sotol, tronadoras, asado con arroz y frijoles a la charra, gorditas, dulces de leche y nueces. Con comida y la Banda de Música del Estado, hoy es día de fiesta en el ejido de Rincón Colorado.

El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, dijo que desde tiempos inmemoriales los antiguos moradores de nuestra República observaron con fascinación los vestigios petrificados de la vida prehistórica que descubrían a ras del suelo. Era tal su admiración y asombro que recrearon mitos y leyendas en las que les atribuían poderes mágicos o sobrenaturales, y los depositaban en los espacios emblemáticos de sus centros ceremoniales, en las tumbas de dignatarios y en ofrendas a sus deidades.

En la región de General Cepeda resultan incontables los testimonios materiales y la impronta que nos legaron los seres fabulosos que transitaron por esta zona hace millones de años, mucho antes de que el hombre apareciera en la Tierra. Aquí se han localizado huesos fosilizados: fragmentos aislados y restos óseos articulados con alguna parte anatómica de su esqueleto que incluso han llevado al descubrimiento de nuevas especies y nuevos géneros de dinosaurios, únicos en el mundo.

Por lo anterior, esta ceremonia es un acontecimiento para la ciencia y la cultura ya que formaliza la apertura del primer sitio patrimonial de carácter paleontológico bajo custodia del INAH, y a su vez, representa la principal zona paleontológica con fósiles de dinosaurio en todo el país abierta a la visita pública.

Abrir al público Rincón Colorado era una tarea compleja que incluía desde resolver aspectos legales hasta garantizar la conservación del patrimonio, de la flora y fauna locales, para brindar al visitante la infraestructura necesaria y la información apropiada. Después de años de trabajo, un grupo de especialistas generó nuevos criterios para su gestión y manejo, a la vez de que encontró las maneras de comunicar y divulgar el conocimiento.

La apertura del sitio demuestra el interés de la paleontología en Coahuila, estado que se ha erigido como referente en la materia, al grado de ser reconocido como “Tierra de dinosaurios”.

En 1994, Rincón Colorado fue conocido a nivel local, estatal y mundial por la riqueza de restos fósiles, particularmente de huesos de dinosaurio; desde esa fecha, la zona denominada “de canteras”, ubicada en los alrededores del Cerro de la Virgen, en el ejido de Rincón Colorado, comenzó a tener visita pública, ya que a la par de las primeras investigaciones formales se consideró para realizar actividades educativas en torno al tema paleontológico.

Producto de esas investigaciones son las dos especies sólo encontradas en Rincón Colorado: los restos del hadrosaurio (Velafrons coahuilensis), y los de la cucaracha (Xonpepetla rinconensis), señaló.

Las investigaciones llevadas a cabo en este sitio dieron la pauta en el estado para crear el Museo del Desierto, donde se resguarda una parte de los fósiles originales, en tanto que otra está en los acervos de la UNAM.

Esta área representa un nido de huevos para explicar cómo se gestaban, cuenta con reproducciones de huellas de distintos dinosaurios: ceratópsido, tiranosaurido, hadrosaurio e invita a identificarlas con la ayuda de un cedulario. También invita a armar un rompecabezas con la imagen de una gigantesca cola excavada en un sitio cercano a Rincón Colorado.

Recorrido 

El recorrido se realiza en dos senderos: el denominado sendero de ventanas paleontológicas, en las cuales, a través de interpretación y comunicación educativa, se muestran los lugares donde se hallaron los fósiles en diversos momentos de prospección y excavación; en estos espacios se distribuyeron más de 120 reproducciones de huesos de dinosaurio, elaboradas a partir de las piezas originales, a través de un trabajo científico en el que intervinieron paleontólogos y la ejecución fue de un artista plástico.

Son siete ventanas, cada una cuenta con atractivas cédulas temáticas que ofrecen información de las características y forma de vida de los dinosaurios, aunada a una explicación de cómo se desarrolla el trabajo paleontológico y ofrecen las notas de campo de lo que ahí se fue descubriendo; asimismo, cada una tiene un háptico donde la gente podrá tocar algo de lo mencionado. Al asomarse, el visitante podrá ver lo que observaron los paleontólogos y posteriormente lo que descubrieron al estudiar los restos.

Las réplicas que se exhiben de huesos de hadrosaurios pico de pato son exactas; en el caso particular de la ventana C, se colocan algunos de los elementos recuperados del Velafrons coahuilensis en el espacio donde se encontraron los restos de su cráneo y partes del esqueleto; en el háptico se podrá tocar el perfil de su cráneo. En la ventana D se representan, en los hápticos que acompañan a la cédula, las impresiones de los artrópodos ahí recuperados, que por su tamaño serían difíciles de ver, de esta forma podrán conocer qué fue lo que se recuperó de la cucaracha (Xonpepetla rinconensis).

En la parte más alta de la zona se habilitó un mirador de planta circular, desde donde se tiene una extraordinaria vista, a 360° del valle, además de ofrecer una visión impresionante del desierto coahuilense.

El segundo sendero, denominado el tiempo geológico, se plantea para que el visitante pueda dimensionar el tiempo recorrido desde que el planeta Tierra apareció en el Sistema Solar, y resaltando algunos de los momentos más importantes en la evolución de la vida. Este sendero conduce al área donde se puede observar un suelo lleno de caracoles y ostras y parte del entorno natural del desierto donde estuvieron las playas del Cretácico: la parte de tierra firme mezclada con agua del antiguo mar interior de Norteamérica, cuando la vegetación era tropical.

La unidad de servicios es sustentable, edificada en arquitectura de tierra de la región, celdas solares y biodigestor para reciclar desechos, lo que refrenda el compromiso del INAH de ser una institución ambientalmente responsable. Asimismo exhibe un cedulario que anticipa lo que el visitante disfrutará. El sitio también fue habilitado con señalética que indica las rutas de circulación, salidas, capacidad máxima de los andadores y un tiempo sugerido para permanecer en cada ventana y que todo el público pueda apreciarlas.

El estudio de la zona seguirá: no sólo de lo que falta por descubrir, sino lo que se tiene que conservar in situ, aspectos que se trabajarán de acuerdo con los lineamientos para la investigación paleontológica en México que está desarrollando el Consejo de Paleontología, informó Felisa Aguilar Arellano.

También continúa el trabajo con la comunidad y con otros niveles de gobierno para establecer programas de trabajo de educación patrimonial y valorización de los materiales paleontológicos como elementos culturales, además de concientizar sobre la importancia de la conservación del paisaje, no solo de la zona, sino de los alrededores. Lo cual quedará plasmado en el plan de manejo correspondiente.

Datos para la visita

La visita a la zona paleontológica será de martes a domingo de 10 a 17 horas, entrada gratuita durante lo que resta de 2018 y todo 2019. Para acceder al sitio se toma la carretera federal Saltillo-Torreón hasta el km 43, donde está la desviación al ejido de Rincón Colorado, municipio de General Cepeda; a 2.7 kilómetros se encuentra la comunidad, donde se deberá dejar el automóvil.