SINALOA, PERIBÁN Y OTRAS INUNDACIONES

BIOECONOMUNDO, por Rodrigo Diez de Sollano Elcoro

Los mexicanos de diversas regiones del país nuevamente estamos sufriendo inundaciones en muchas poblaciones como consecuencia tanto del cambio climático, como del mal manejo del medio ambiente cercano a las zonas urbanas, incluyendo la deforestación, la invasión de cauces de ríos y arroyos con construcciones de distintos tipos, el desarrollo urbano sobre zonas inadecuadas para ello, el uso de los cauces para conducir drenajes o para depositar basura, etc.

Las imágenes que vemos en las redes sociales son impresionantes (1) y nos dicen claramente que la naturaleza cobra tarde o temprano los errores de los seres humanos. En este momento lo que toca hacer es atender la emergencia y apoyar el auxilio a los damnificados, pero una vez terminado el período de emergencia es indispensable planear la reconstrucción respetando el medio ambiente. Esto incluye:

  1. a) El mapeo de los cauces que cruzan las zonas urbanas, aun cuando se trate de “cauces secos” porque en algún momento pueden convertirse en torrentes de agua como sucedió en el río Santa Catarina en Monterrey o el Arroyo Seco en Zapopan, Jal.
  2. b) Definir el ancho de cada cauce en el momento del máximo flujo de agua y establecer simultáneamente la “zona federal”, de tal manera que se evite la construcción de casas o edificios en áreas que pueden ser inundables. Probablemente será necesario demoler construcciones que se encuentran dentro de los cauces para evitar futuros daños y pérdida de vidas. Obviamente esto requiere de una campaña previa de comunicación social y los recursos necesarios para las indemnizaciones a los afectados.
  3. c) Realizar las obras necesarias para separar los drenajes de las corrientes de agua limpia, incluidas las aguas pluviales. Esto es muy importante porque la mezcla de los dos flujos provoca que las aguas limpias se contaminen y además genera mucho más volumen para las plantas de tratamiento de drenajes.
  4. d) Construir pequeñas plantas de tratamiento de drenajes a lo largo de su paso por las zonas urbanas para poder reutilizar las aguas tratadas sin tener que bombear desde una gran planta de tratamiento “aguas abajo” de la zona urbana.
  5. e) Reconstruir los cauces de ríos y arroyos urbanos utilizando todo el ancho de las “zonas federales” y agregando parques lineales, andadores y ciclovías a lo largo de los mismos.
  6. f) Reforestar las zonas urbanas y las áreas “aguas arriba” de las zonas urbanas para recuperar superficies de absorción de las lluvias y reducir los volúmenes que fluyen por las calles.
  7. g) Cambiar los materiales de pavimentación de las calles, para recuperar la capacidad de absorción de agua de lluvia, utilizando materiales permeables en lugar de materiales impermeables. Complementar con la construcción de pozos de absorción en las zonas urbanas.
  8. h) Emprender campañas de educación cívica para que la ciudadanía deposite la basura en su lugar y NO en los drenajes o en los ríos y arroyos. El complemento necesario es la instalación de depósitos de basura a lo largo y ancho de las áreas urbanas y la clasificación y separación de la basura desde su origen en cada casa.
  9. i) Incentivar la recuperación de agua de lluvia en las casas y edificios para reducir los volúmenes requeridos para uso doméstico y al mismo tiempo disminuir los flujos de aguas pluviales en las calles y en los drenajes.

La lista de acciones puede continuar, pero lo más importante es que exista voluntad política para dedicar tiempo, esfuerzo y recursos públicos y privados para prevenir contingencias. Esto implica un gran cambio de actitud de las autoridades y de la ciudadanía para planear acciones de impacto a mediano y largo plazo, en lugar de atender solamente las emergencias de corto plazo.

 

Twitter: @DeSollano 

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