¿Por qué trabajar la Inteligencia Emocional es una buena idea hoy en día?

Por: Josman Espinosa Gómez

Podríamos decir que la Inteligencia Emocional (IE), es la capacidad que poseemos para advertir y descifrar las emociones, tanto ajenas como propias. Las competencias emocionales, según Daniel Goleman, el mayor promotor de nuestros días de la Inteligencia Emocional, señala que son habilidades que se pueden desarrollar con el objetivo de convertirse en mejores personas, con los demás y con uno mismo; las mismas tienen el poder de impactar nuestro ámbito laboral como personal y, de esta manera, nos permiten obtener una superior calidad de vida. Asimismo, es importante señalara que existen dos tipos de competencias, las competencias intrapersonales se encargarán de trabajar las emociones personales, y las competencias interpersonales tratarán las emociones con el entorno.

Sin embargo, las cinco competencias emocionales a desarrollar son:

  • Autoconciencia: identifica y procesa nuestras emociones en búsqueda de nuestro bienestar personal. La autoconciencia emocional permite reconocer las emociones y las causas que las provocan; ya que, conociendo nuestros puntos fuertes y débiles, adquiriremos mayor seguridad en nosotros mismos, mayor confianza y autoestima.
  • Autorregulación emocional: la posibilidad de elegir las emociones que queremos experimentar en determinado momento, y, con ello evitar que las acciones ajenas nos afecten. El objetivo no es contener las emociones, sino aprender a regularlas.
  • Automotivación: a través de las emociones, buscamos mantenernos motivados para alcanzar nuestras metas. La automotivación requiere de confianza, no ceder ante los obstáculos, sino aprender a enfrentarlos con persistencia. Desviar y regular nuestras emociones negativas en acciones que nos ayuden a alcanzar nuestras metas aumentará nuestra automotivación.
  • Competencias sociales: la empatía, la conciencia y la orientación al servicio nos permite forjar relaciones enriquecedoras, tener otra perspectiva de las cosas, ser amable y establecer vínculos de confianza, entre otras cosas. En la inteligencia emocional, la empatía es la capacidad para reconocer las emociones de otra persona; esta habilidad innata, pero que también puede ser trabajada y adquirida, nos posibilita captar las emociones del otro mediante el lenguaje corporal, el tono de voz e incluso a través de la mirada. Poder sentir y comprender al otro, nos da la posibilidad de relacionarnos sanamente, ser mejores personas y contar con habilidades positivas que nos serán de utilidad tanto para el ámbito profesional como personal.
  • Habilidades de la vida y el bienestar: es la capacidad que tenemos para enfrentarnos a los desafíos que se nos presentan a diario; ya sea adaptándonos a situaciones imprevistas, llevando un orden que nos permita tener una vida equilibrada o interactuar de manera saludable con los demás.

Si deseas experimentar las aptitudes que te permitan no solo tener el dominio de ti mismo, sino que también establecer relaciones eficaces, desarrolla tus habilidades que permitan mejorar tu calidad de vida tanto en el ámbito personal como laboral, en caso de que consideres que requieres apoyo de un profesional de la salud mental no dudes en solicitar apoyo.

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