• En pantalla, la película de la vida de este controvertido personaje bíblico.
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

Guadalajara, Jalisco. 30 de marzo de 2018.-La película norteamericana María Magdalena (2017) ha sido un acierto del   director australiano  Garth Davis y de sus actores : Rooney Mara (Magdalena) y Joaquin Phoenix (Jesús de Nazaret), señaló  el crítico cinematográfico de la pastoral de la comunicación de la Arquidiócesis de Guadalajara, el presbítero  Joel Ascensio Casillas.

Este sacerdote también destaca que se cumplió el objetivo de sus productores de revalorar la figura histórica  y espiritual de María de Magdala, como mujer de su tiempo (injustamente estereotipada como prostituta) y como un personaje clave en historia del cristianismo naciente. A continuación los conceptos emitidos por este crítico de cine.

María (Rooney Mara), lleva una vida apacible, en una villa de pescadores, Magdala, a lado del lago de Genesaret. Ella ha asumido el liderazgo de la casa ante la ausencia de la madre y lleva una estrecha vida familiar. Su padre pensando en su felicidad como mujer de su tiempo, arregla el matrimonio de María. María Magdalena nos lleva a un viaje espiritual desde la mente, el corazón y los sentimientos de la apóstol de Jesús, la primer testigo de la Resurrección.

La cinta con gran sentido cinematográfico y respeto a la historia, seleccionó un tono reposado no poco intenso, su gran virtud sin duda.

Los rostros

Algo que conecta de inmediato y provoca al espectador, una cercanía inusual en una cinta aparentemente religiosa, es el manejo de los rostros. Garth Davis ha querido tomar de la gran escuela a Carl Theodor Dreyer “La Pasión de Juana de Arco” y de Pier Paolo Pasolini en el “Evangelio según San Mateo” el poder comunicativo del rostro y retoma elementos de la misma tradición cristiana en los íconos bizantinos.

La faz de María, de gran belleza, contemplando a su maestro en la predicación y el actor taumatúrgicos, es serena pero firme, no se victimiza y muestra con gran solidez. La fortaleza de Rooney Mara, la actriz que interpreta el rol protagónico le brinda quietud y elegancia a María Magdalena. Estamos ante una historia contada desde la perspectiva de una mujer y no cualquier mujer y el papel de Rooney es llevado con inteligencia para no desbordar haciéndonos testigos de una heroína de la fe.

Se trata también de un papel muy físico, al tenerla al centro de la toma al mando de la historia. Aunque tiene estas increíbles cualidades de quietud y elegancia, Rooney también tiene una llama interna esperando a ser encendida, que es lo que el personaje de María Magdalena necesitaba.

Caso particular ocupa el papel de Jesucristo, por la plasticidad y la intensidad con que es interpretado. El director de la cinta siempre pensó que el papel de Mesías debía recaer en el admirado actor Joachin Phoenix (quien representara al sanguinario emperador  Claudio en la cinta Gladiador del año  2000)    y la verdad no decepciona, puedo asegurar que quien haya visto en su vida un rostro tan particular como el de Phoenix, sabe que no lo puede olvidar. El personaje de Jesús se desarrolla en medio de las ilusiones de los apóstoles por el cambio político el verdadero mensaje del Reino que María Magdalena va entendiendo mejor que los varones.

El exorcismo

La familia y el exorcismo Cuenta el evangelio de Lucas 8,1-3 que en la predicación del Evangelio, los Doce con Él y algunas mujeres que “habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, la de Magdala, de la que habían salido siete demonios, Juana la mujer de Cuza, intendente de Herodes y Susana y otra muchas que servían con sus bienes”. La historia inicia en una humilde villa de pescadores, Magdala.

El director tiene el gran acierto de hacernos conocer la familia y el rol de María en ella. Cada uno de los personajes, son hermosos, bien perfilados: el padre viudo, María llevando el rol de la casa, las hermanas más pequeñas, el novio. Es un gran pincelazo de arte lograr con la narrativa cinematográfica, contar tanto con tan poco.

La escena para recordar, como muchas otras, es el momento cuando María, poco después a de enterar a su padre que no se casaba, es sin duda el exorcismo. De acuerdo con la familia, es un acto de amor. La familia hermosa no puede entender lo que ella ha decidido y consideran obra del demonio que una mujer haga cosas distintas a una mujer “normal”.

Es una escena asfixiante y clave del encuentro de María con Jesús al verlo sentado a un lado diciendo que “no hay demonios”.

 ¿Por qué se hizo la película?

Apóstola de los Apóstoles La cinta ya rodaba en la mente de sus productores, creyentes, que consideraban que la imagen de María Magdalena estaba infravalorada y fuera de la realidad que exigía la Iglesia hoy.

Así estructuró el guión la dramaturga Helen Edmundson, para hacer una historia de hoy, rescatando la figura de la Apóstol de Jesús, sin ser una cinta religiosa, pero sí espiritual. Es cuando, en la fecha del 10 de junio del 2016, se alentará la filmación del proyecto porque el Papa Francisco elevaría la fiesta litúrgica al nivel de los apóstoles: “Precisamente porque fue testigo ocular de Cristo resucitado, fue también, por otra parte, la primera en dar testimonio delante de los apóstoles… de este modo, se convierte en evangelista, es decir en mensajera que anuncia la Buena Nueva de la Resurrección de Señor, o como decían Rabano Mauro (escritor eclesiástico) y Santo Tomás de Aquino (el más grande sabio que haya producido la Iglesia), la Apóstola de los Apóstoles”.

Para los realizadores, poner a María Magdalena, en este proyecto se convirtió en rescate de la memoria, restaurar una imagen a su dignidad (1500 años con fama de prostituta), descartar dudas de la relación de María con Jesús sembradas por un libro y una cinta, suscitar una verdadera reflexión en los ámbitos eclesiásticos del papel de la mujer y en general un reconocimiento a la mujer en la construcción de la civilización cristiana.

Significativa es la secuencia donde María con Pedro visita unas cavernas con leprosos donde expresan el verdadero sentido del Evangelio: la misericordia. Allí María sale a luz y ve llegar a un soldado Romano. Ella con mirada fija, rostro incólume parece retar al imperio. El soldado se retira. En este un gesto no casual, el director quiere decir que todo un imperio será vencido por la mujer. ¿Feminista? La cinta escapa, gracias a Dios y al director, al perfil religioso y a los clichés de siempre. Los productores buscaron que fuera una cinta que hablara a todos, de cualquier religión o ideología, y lo lograron.

Es una cinta espiritual: de búsqueda, de toma de decisiones donde el director Garth Davis se inspiró en la imagen del Malala Yousafzai para construir este personaje y darle una fuerza de cambio para el tiempo que vivimos. El hecho que los talibanes le dispararan en el rostro por luchar por los derechos educativos de la mujer para luego perdonarlos y que el mundo se volcara ante este gesto otorgándole el Premio Nóbel de La Paz. El director Garth Davis, construye a Magdalena con Malala, con la intención de conectar con el mundo de hoy y sus aspiraciones de justicia. Es una gran película, aplausos a Garth David por tejer fino y ser un realizador inteligente.

EL DATO

La imponente personalidad de María de Magdala ha sido tema en varias películas de la vida de Jesucristo.  Vienen al caso algunos ejemplos: En el filme Jesucristo Superestrella de Norman Jewison (1973) Magdalena fue interpretada por la también cantante Ivonne Elliman. En la polémica cinta de Nikos Kazantzakis (1988), La Tercera Tentación de Cristo, Magdalena fue interpretada  por Bárbara Hershey.

También tenemos la película del mexicano Miguel Contreras Torres (1946)   La pecadora de Magdala, en la que la esposa de este cineasta, Medea de Novara, interpretó a la célebre fémina.