VIAJAR POR SALUD…

NOSCE TE IPSUM Por: Josman Espinosa Gómez

“De la manera que yo lo veo, la recompensa y el lujo más grande de viajar es, cada día, poder experimentar cosas como si fuera la primera vez, estar en una posición en la que casi nada nos es tan familiar como para darlo por sentado”.  (Bill Bryson, escritor y divulgador científico)

En un estudio publicado en el Journal of Positive Psychology[1] se descubrió que el sentimiento de felicidad se encuentra en el registro de recuerdos y experiencias relevantes para nosotros, y cuya máxima expresión son los viajes. Otras investigaciones señalan una clara correlación entre ser viajero y la longevidad. Aunque esto podría deberse a un factor socioeconómico, también parece haberse detectado un gen viajero. El hecho de viajar a distintos lugares del planeta no es por sí mismo un factor que explique una mayor longevidad, pero sí parecen claros los beneficios psicológicos que nos reportan las experiencias adquiridas durante los viajes las cuales mejoran nuestra calidad de vida y, en última instancia, alargan la cantidad de días que vivimos.

Cuando la ciencia habla sobre viajes, habla de que todo tipo de viaje es positivo para la salud psicológica de quien lo realiza. En ocasiones los viajes destruyen muchos de nuestros esquemas de pensamiento y nos hacen ver más allá, abriéndonos a nuevos mundos y posibilidades que antes ni siquiera contemplábamos. Por lo que viajar es una de las mayores fuentes de bienestar, de cambio y de crecimiento que existen.

Mi labor profesional me ha permito confirmar más de una vez que un viaje resultó relevante para pacientes que necesitaban recuperarse de sus miedos, inseguridades, ansiedades o bloqueos vitales. Para muchos de ellos, el viajar se convertía en un parteaguas en sus vidas.

Viajar es una gran terapia por las siguientes razones:

  1. Percibimos una nueva perspectiva de vida, ampliamos horizontes y vemos las cosas de otra manera, dejamos de creer que solo hay un camino.
  2. Rompemos estructuras mentales caducas, aprendemos a pensar de nuevas maneras.
  3. Es un proceso de autodescubrimiento constante, todo el tiempo conocemos algo nuevo de nosotros mismos y nuestras competencias.
  4. Aprendemos a vivir en el aquí y ahora, no hay tiempo para otras preocupaciones.
  5. Es el mejor antiestrés que existe, nos desconecta de la rutina diaria.
  6. Activa competencias de empatía, tolerancia y adaptabilidad con nosotros mismos, los demás y otras culturas.
  7. Nos enfrentamos a nuestros miedos y aprendemos a resolver problemas con otros recursos y competencias, así como a tomar decisiones.
  8. Fortalecemos vínculos interpersonales con quien viajamos o de gente con a quien conocemos.
  9. Se fomentan nuevos procesos psicológicos que provocan cambios, curiosidad y aprendizajes significativos.
  10. Nos hace felices, incrementa las emociones positivas y nos genera ilusiones de ambición antes y después del viaje.

Te invito a que lo intentes, como una nueva tarea para ti mismo. Hazlo disfrutando desde que que los planificas y hasta que estés de regreso, verás cómo terminas pensando en el siguiente.

[1] Recuperado de: https://www.psychologytoday.com/files/attachments/2557/howellpcheliniyer2012the-preference-experiences-over-possessions.pdf el 22 de agosto de 2018.