- Señalan las inconsistencias de este sistema político
El problema principal de este país no es la corrupción, no es que falte Estado de derecho; sí, ésos son problemas importantes; pero el problema fundamental es que las reglas del juego están hechas en beneficio de unos pocos y en detrimento del resto, afirmó la columnista del diario El País y colaboradora regular de Expansión política, doctora Viri Ríos.
Ríos participó en FIL Pensamiento, “Hacia un orden posneoliberal: un diálogo constructivo”, que fue moderado por el Vicerrector Ejecutivo de la Universidad de Guadalajara, doctor Héctor Raúl Solís Gadea.
“No podemos esperar, porque nunca ha pasado históricamente, que las élites concedan sus pérdidas. A las élites hay que llamarlas a cuentas, y hay que saber decirles: ‘Cuenta tus pérdidas porque ya llegaron’, y ese clamor debe venir de las clases medias”, dijo.
En ese sentido, Ríos abogó por el diálogo con la finalidad de encontrar una salida con mayor ambición y más imaginación. Sin embargo, ella no cree que el diálogo por sí solo va a llevar a una mayor justicia. Los trabajadores no van a tener mejores salarios cuando dialoguen con sus jefes, sino cuando tengan el poder de reclamar su justa parte de la utilidad.
“Lo mismo con las pequeñas empresas: no van a ganar una mayor representación al dialogar con Walmart. Lo van a hacer cuando se organicen y cuando llamen a cuentas a los grandes empresarios para que se acaben los abusos que existen en el mundo empresarial. Uno muy importante es, por ejemplo, cómo las grandes empresas de este país se financian de sus pequeños proveedores”, externó Ríos.
Detalló que en México, 56 por ciento del crédito que reciben las grandes empresas es no pagarle a sus proveedores a tiempo. “Eso es jinetear el dinero”, subrayó.
Quienes realmente piden los créditos son los pequeños y los medianos empresarios para esperar los 180 días que les hacen esperar las grandes empresas para pagarles lo que les deben. Eso está regulado en otros países.
“No es una cuestión de diálogo, sino de tomar el poder y de reclamar”, enfatizó la ponente.
Explicó que el hecho de llamar posneoliberal al nuevo orden económico habla de nuestra pequeñez, de nuestra incapacidad de imaginar el mundo más allá del neoliberalismo y del hecho de que ya concebimos el neoliberalismo como algo infranqueable, incuestionable, prácticamente indisputable, y se asume que éste llegó para quedarse, y no es así.
El neoliberalismo en México ha sido una hipocresía porque en términos teóricos era una corriente que buscaba la apertura comercial, el libre flujo de capital, la reducción del Estado por medio de menos deuda, menos cobro de impuestos y la competencia como mecanismo regulatorio para evitar los abusos, dijo.
“En México, ese neoliberalismo teórico nos pasó de noche porque en este país la desregulación fue a medias y en favor, por ejemplo, de la banca, que abusa porque la regulación y los reguladores están coptados. Y eso ha hecho que la banca tenga utilidad 82 por ciento superior que la banca de cualquier país. Eso es ridículo, ¿Cuál desregulación?”.
“Se dice libertad de mercado para todos –abundó Ríos–, pero no para las grandes empresas, las cuales han sido sistemáticamente protegidas por medio de una banca de desarrollo que sólo le presta a los grandes. ¡Eso es un escándalo!”.
La banca de desarrollo en México es una banca de segundo piso que obtiene recursos del Estado, pero que no le presta a las empresas chicas porque sigue manteniendo altísimos estándares para otorgar los créditos; lo cual deja fuera del crédito a la gran mayoría de las empresas pequeñas que se deberían de beneficiar de esta banca.
El investigador Rolando Cordera Campos, Doctor Honoris causa por la UNAM, reconoció la importancia de la democracia que implica reglas del juego asumidas y respetadas por todos.
“Hay que tomarla en serio porque nos involucra a todos, y supone compromisos por parte de todos”, dijo. Agregó que si no hay efecto, lo que queda es una política de fuerza, en la que suelen ganar los más fuertes.
A este último argumento contestó el periodista Jorge Zepeda Patterson: “Lo que pasa es que los más fuertes han estado ganando con las estructuras seudodemocráticas que tenemos”.
“En un mundo perfecto e ideal, la resolución de los problemas y las disputas de nación se resuelven en el marco de una estructura democrática que fuese justa”, agregó.
“Se nos llena la boca de comités de competencia, de mecanismos de equilibrio de poderes, que está bien que existan, pero son imperfectos; y en mucho, la construcción de todo este andamiaje democrático coincidió con la época de mayor rapiña y corrupción del México moderno”, concluyó Zepeda Patterson.
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