Por Cristian Gutiérrez Ramos, Director de la Casa de la Cultura de Penjamillo.
Entre las manifestaciones de religiosidad popular en el culto católico sobresale el Altar de Dolores, tradición extendida en México desde el siglo XVII que evoca los sufrimientos que padeció la Virgen María por la muerte de su hijo. La casa de la cultura de Penjamillo lo realiza con el propósito de preservar esta tradición que forma parte del patrimonio cultural inmaterial del país.
La imagen central del altar (la virgen en escultura o pintura): La Dolorosa muestra un rostro que reflejan sufrimiento tan impresionante que estremece a quien la ve, sus manos unidas sostienen un pañuelo blanco, su vestido es negro, el velo blanco representa su pureza, siete espadas clavadas en el corazón símbolo de su aflicción, los siete Dolores de la Virgen en el altar se representan con siete velas encendidas. El número siete para el cristianismo significa infinitud, de tal manera que está diciendo que sufrió infinitamente y el color morado para la religión católica es indicativo de tiempo penitencial por lo mismo encarna su sufrimiento.
Trigo geminado representa el cuerpo de Cristo hecho pan, de acuerdo a la tradición cristiana se pone germinar en la oscuridad para que nazca de color amarillo místicamente y en la religión se evoca al ocultamiento de la naturaleza divina de Cristo.
Yerbas olorosas significan hacer menos penoso el camino de la Virgen, la flor de manzanilla fresca es parecida a la margarita que rememora al sol y es una planta medicinal que alivia el dolor.
Semillas: representan la naturaleza debido a que se llevan a bendecir para ser utilizadas en la siembra y se considera una aportación de la cultura indígena prehispánica a los altares, baste recordar que, en algunas culturas del México antiguo, el maíz era considerado grano o dádiva divina y carne del hombre.
Naranjas agrias con banderitas de papel picado: aluden a Eva quien pecó al probar la manzana, fruto prohibido y evoca a la Virgen que venció el pecado al aceptar el sufrimiento. Las banderitas son festivas y mitigan el dolor e indica el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado.
Agua de colores: representa las lágrimas derramadas en la pasión o la sangre derramada por nuestra salvación y las flores llaves son la solidaridad y el consuelo que los fieles brindan a la Virgen Dolorosa, las velas significan la luz que es Cristo quien ilumina el camino y arden como un reflejo de nuestras almas que desgastan en la presencia de Dios.
Por otra parte la señora de la casa prepara aguas frescas de diferente sabor como: chía horchata, limón, tamarindo o Jamaica, a la que se llamó lágrimas de la virgen en recuerdo de las que ella derramó durante la semana de Pasión y se ofrecía a los devotos que caminaban por las casas admirando los altares, la familia entera solía rezar el rosario a una hora determinada y a ese homenaje piadosos unían los visitantes.
Los siete dolores de la virgen:
- Primer dolor: la profecía de Simeón.
- Segundo dolor: la persecución de Herodes y la huida a Egipto.
- Tercer dolor: Jesús perdido en el templo, por tres días.
- Cuarto dolor: en María encuentra Jesús cargando la cruz.
- Quinto dolor: la crucifixión y muerte de Nuestro Señor.
- Sexto dolor: María recibe Jesús bajando de la Cruz.
- Séptimo dolor: Entierro de Jesús.