PROF. JOSÉ APOLONIO ALBAVERA VELÁZQUEZ
In Memoriam
Por: Eric Rafael Ramírez Basurto
El pasado lunes recibí la triste noticia del fallecimiento del Profr. José Apolonio Albavera Velázquez, mejor conocido como el “Profe Albavera”. No me corresponde hacer un relato biográfico de su persona, pero tuve la fortuna de conocerlo al ser su compañero de Cabildo en el Ayuntamiento 2005-2007 de La Piedad, Michoacán, lo que me permitió conocerle en su trabajo social y político, y a pesar de nuestros orígenes partidistas (él emanado del Partido de la Revolución Democrática y yo de Acción Nacional), además de tener diferencias de edad en ese momento, ya que él era el regidor con más edad y el que escribe con apenas 22 años, pudimos entablar una relación cordialidad, respeto y trabajo, ambos siendo coordinadores de nuestras respectivas fracciones partidistas en el cabildo lo que originó que el diálogo y la comunicación fueran constantes.
Desde el inicio pude percatarme que el Profe Albavera era un político “nato” de esos que tienen una real vocación de servicio y que si estaba en la vida pública era para buscar el bien de sus semejantes. Recuerdo alguna ocasión que me comentó: “ahora somos regidores, los partidos deben quedar de lado, vamos a trabajar por La Piedad, si sumamos tu juventud y conocimientos con mi experiencia estoy seguro que podemos ayudar a mucha gente” y en efecto así fue.
No faltaron desde luego aquellas acaloradas sesiones de cabildo donde debatíamos y argumentábamos los diferentes temas que se ponían a consideración del cuerpo colegiado y donde cada uno, desde nuestra óptica e ideología política, defendíamos apasionadamente, pero siempre en un marco de respeto, de civilidad política, de madurez democrática, nunca hubo un insulto, jamás una “chicanada”, una venganza o un acuerdo en lo “oscurito” para perjudicarnos políticamente, de esas que desafortunadamente ahora se dan con frecuencia. Ambos nos ganamos el respeto mutuo no solo como regidores, sino como representantes de nuestras fracciones a quienes debíamos transmitir esos mismos principios en pro del Municipio. Siempre fue un caballero en todos sus acuerdos.
Trabajamos desde entonces en la edificación de pactos que permitieran tener un cabildo políticamente maduro y de resultados, pero también sumamos esfuerzos en gestiones a los que él mi invitó como el programa de “escrituración social” que se realizó en zonas ejidales del municipio para que la gente pudiera tener certeza jurídica en sus propiedades con el apoyo de la entonces Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente del Gobierno del Estado (SUMA), fueron días de mucho trabajo en reuniones con la gente, en la búsqueda de información, en el apoyo y seguimiento de del proceso legal de cada uno de las personas, en la solicitudes a dicha dependencia para su pronta respuesta, en fin, podía ver en su rostro la satisfacción cada vez que conseguíamos avanzar en las gestiones y cuando platicábamos con la gente que veía, por fin, una esperanza de que alguien atendía una de sus más sentidas demandas, así lo vi siempre entregado y apasionado en su labor social, en sus constantes gestiones en el SAPAS, en predial, en servicios públicos, en la oficina del presidente municipal, siempre acompañando a personas menos favorecidas que veían en el Profe Albavera a un verdadero político, de esos que nacen con vocación de servicio y entienden la política como un medio para ayudar, para buscar el bien común.
Con el Profe Albavera reafirmé que en política si es posible anteponer los intereses comunes a los particulares, los intereses sociales a los partidistas, que el diálogo es la mejor vía cuando se tiene la convicción de construir acuerdos sin buscar reflectores o reconocimientos, que no hay diferencias de visiones partidistas cuando en el fondo se busca un solo objetivo: servir sin escudriñar beneficios personales. Ninguno de los dos buscó ningún otro cargo de elección al terminar nuestras regidurías porque simplemente buscamos concluir con la satisfacción del deber cumplido y una vez que lo hicimos nos saludábamos con el mismo afecto y respeto cada ocasión que nos encontramos en la calle, en alguna dependencia o incluso, evento social.
Existen frases que parecen haber sido creadas especialmente para ciertas personas como el Profe Albavera. El dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brech señalaba respecto a esos seres humanos valiosos y dotados de características únicas, una característica especial, donde sobresale la lucha constante por hacer de este mundo un mejor lugar que “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”. Él luchó toda su vida. Que en paz descanse.
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