Entre libros y letras: Explorando el poder de la lectura.

Octavio Ramírez Mercado

Estimado lector, reciba un afectuoso saludo donde quiera que se esté tomando la molestia de leer las líneas de este, su servidor, agradeciendo de antemano su valioso tiempo. Nos estaremos encontrando en esta columna cultural cada miércoles, si así lo desea el Creador.

En la entrega anterior reflexionamos sobre la tradición de Día de Muertos. En esta ocasión quiero escribir sobre los libros; ya ve que pronto, el 12 de Noviembre conmemoraremos el Día Nacional del Libro, en el marco del Natalicio de la célebre escritora Sor Juana Inés de la Cruz. Por eso, aprovecho la ocasión para verter algunos pensamientos al respecto.

¿Qué es un libro? Bueno, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, un libro es una: obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte. Por lo anterior, seguramente alguna vez ha pensado que los libros son importantes o quizá, que leer también lo es, o tal vez para algunos de sus conocidos es una pérdida de tiempo.

En lo personal, recuerdo con mucho cariño ver a mi padre leer el periódico todos los días y también libros, allá por mis años de infancia, y decirme: “Lee”. Es un hombre de pocas palabras; sin embargo, su ejemplo me arrastró, y hasta el día de hoy, es una de las actividades que más disfruto.

Hoy trataremos de responder a la pregunta: ¿Por qué son importantes los libros y, sobre todo, la lectura?

Como es sabido, desde el inicio de la civilización, los libros han sido una fuente inagotable de conocimiento, entretenimiento y enriquecimiento personal. Han desempeñado un papel fundamental en la evolución de la humanidad, y su importancia trasciende el mero acto de leer palabras impresas en páginas. Los libros son portadores de historias, conocimientos, culturas y pensamientos, y a lo largo de la historia, han sido una herramienta esencial para la transmisión de ideas y valores.

Podemos decir que los libros han sido guardianes de la historia, ya que han permitido que las generaciones futuras conozcan y comprendan el pasado. Desde los antiguos manuscritos preservados en las bibliotecas de Alejandría hasta los relatos contemporáneos, los libros han servido como testigos silenciosos y pilares fundamentales en la evolución de la humanidad. Desde los primeros escritos en tablillas de arcilla en la antigua Mesopotamia hasta los volúmenes electrónicos de nuestro siglo, los libros han sido portadores de la historia y la sabiduría humanas y han desempeñado un papel fundamental en la transmisión de conocimientos científicos, filosóficos, religiosos y culturales, lo que ha permitido avances significativos en diversas disciplinas a lo largo del tiempo.

Un punto clave de su importancia es la preservación y transmisión del conocimiento a lo largo de las generaciones, como veníamos diciendo. Antes de la invención de la imprenta por Gutenberg, los monjes copistas dedicaban sus vidas a transcribir manuscritos, conservando así la sabiduría de civilizaciones antiguas como la griega, la romana, la egipcia y la china. Aún en nuestros tiempos existen copistas de la Torah judía (pentateuco) y sus obras son extremadamente valoradas. Gracias a su labor, las obras filosóficas, científicas y literarias sobrevivieron y fueron transmitidas a generaciones posteriores.

Podemos decir también que han desempeñado un papel fundamental en las revoluciones intelectuales y científicas a lo largo de la historia. La imprenta de Gutenberg, que data del siglo XV, transformó radicalmente la difusión del conocimiento al hacer que los libros fueran más accesibles y asequibles. Esto impulsó la Reforma Protestante, la Ilustración y la Revolución Científica, ya que las ideas y descubrimientos se podían compartir más ampliamente.

Su importancia también los ha hecho catalizadores de movimientos culturales y sociales. El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, el Diario de Ana Frank y las obras de los derechos civiles de Martin Luther King Jr. son solo algunos ejemplos de cómo los libros han influido en la conciencia pública y han desencadenado cambios significativos en la sociedades humanas y en occidente.

Por otra parte, los libros han desempeñado un papel fundamental en la construcción de la identidad nacional en muchos países, y México no es una excepción. En nuestro país, la literatura y la escritura han sido herramientas poderosas para forjar una identidad rica y diversa.

La literatura mexicana es un testimonio vivo de la historia y la cultura de nuestro país. Obras como “La Malinche” de Laura Esquivel, “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, o “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez (aunque no sea de origen mexicano, es parte integral de la literatura latinoamericana) han contribuido a la creación de una narrativa única que refleja las complejidades de México. Estas obras han explorado temas como la Revolución Mexicana, la lucha por los derechos indígenas, la dualidad entre tradición y modernidad, y la riqueza de la cultura mexicana.

Además, el movimiento literario del “realismo mágico”, que se originó en América Latina, ha tenido un impacto significativo en la literatura y la identidad cultural de México. Autores como Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Octavio Paz han incorporado elementos mágicos y fantásticos en sus obras, creando una visión única de la realidad mexicana que ha influenciado a generaciones posteriores de escritores en todo el mundo.

En el ámbito histórico, los libros y documentos han contribuido a la reconstrucción de la historia de México, incluyendo su historia prehispánica, la época colonial y la lucha por la independencia. Los códices y los escritos de autores como Bernal Díaz del Castillo han ayudado a entender la compleja historia de la conquista y la interacción entre culturas.

En el ámbito contemporáneo, la literatura mexicana sigue siendo una voz poderosa para la representación y exploración de las cuestiones sociales, políticas y culturales del país. Los autores mexicanos continúan escribiendo sobre temas como la migración, la violencia, la identidad indígena y la lucha por los derechos humanos, lo que contribuye a dar forma a la percepción y la comprensión de México en el mundo.

Así, los libros no sólo han sido una fuente de entretenimiento y conocimiento en nuestro país, sino que también han sido fundamentales en la construcción y definición de la identidad nacional. La literatura mexicana es un reflejo de la diversidad, la complejidad y la riqueza cultural de México, y sigue siendo una herramienta vital para preservar y celebrar esta identidad en constante evolución.

Asimismo, tanto los libros clásicos como las obras contemporáneas, sirven de inspiración y referencia para las futuras generaciones. Ya que los escritores, artistas, científicos y líderes se han inspirado en las obras que les precedieron, y estas influencias han dado forma a la evolución del pensamiento y la creatividad humanos.

Es a través de ellos, que podemos trazar la evolución del pensamiento humano cronológicamente. Los cambios en las creencias religiosas, las teorías científicas, las perspectivas filosóficas y las expresiones artísticas se reflejan en sus páginas, lo que permite un análisis detallado de la historia intelectual de la humanidad.

Por lo que atañe a la lectura, podemos decir que es una habilidad fundamental que va más allá de la mera decodificación de las palabras. Puesto que fomenta en el lector empatía, al sumergirse en las vidas y experiencias de personajes ficticios o reales, permite explorar mundos desconocidos, y desarrollar habilidades críticas y de pensamiento. La lectura nos brinda la capacidad de cuestionar, analizar y comprender mejor el mundo que nos rodea. También desempeñan un papel crucial como fuentes de escapismo y refugio emocional. En momentos de dificultad o estrés, un buen libro puede ser un compañero fiel que nos transporte a otros lugares y tiempos, ofreciéndonos consuelo y alivio. La literatura, en todas sus formas, permite a las personas explorar sus propios sentimientos y experiencias a través de personajes y situaciones ficticias.

A su vez, encontramos en la lectura un vehículo para el crecimiento personal y el enriquecimiento intelectual. Nos permite acceder a un vasto tesoro de conocimientos, ideas y perspectivas. Cada libro que leemos amplía nuestra comprensión del mundo y nos desafía a pensar de manera más profunda y crítica. La lectura nutre nuestra imaginación, mejora nuestro vocabulario y nos ayuda a comunicarnos de manera más efectiva.

A pesar de lo que aquí hemos dicho, en nuestro país, el 43.8% de los mayores de 18 años no acostumbra leer revistas, periódicos, ni libros. Asimismo, los mexicanos, leemos 3.4 libros al año, según datos del MOLEC (Módulo sobre Lectura) presentado por el INEGI en 2023, una cifra menor que la del 2022 en la que los mexicanos leíamos 3.9 libros por año. En países como Canadá, Francia o Estados Unidos, se leen un promedio de más de 10 por año.

Los datos anteriores pueden resultar poco alentadores, sin embargo, no todo está perdido. Han de saber, que en nuestra ciudad existe un proyecto cultural de reciente creación, dedicado al fomento de la lectura. Se llama círculo 21, personalmente fue un gusto poderme encontrar con esta iniciativa gratuita, en la que se leen los libros disponibles en lista cada 21 días. Quien desee ingresar al círculo sólo se compromete a leer el libro de su elección y a devolverlo en 21 días, de ahí su nombre, luego escoge otro y así sucesivamente. Cada mes tienen una reunión en donde cada participante comparte su experiencia, pensamientos y críticas a la obra que leyó. Esta sencilla dinámica, permitiría leer un promedio de 12 libros por año a quien decida ser parte de este círculo de lectura. Loable esfuerzo, ¿no creen? Ojalá pueda usted unirse, basta con que busque su página en Facebook y les escriba un mensaje.

Por último, estimado lector, quisiera hacerles 3 recomendaciones de algunos de mis libros favoritos:

  • La Catedral del Mar de Ildefonso Falcones. Novela histórica, ambientada en la Barcelona del siglo XIV.
  • El Médico de Noah Gordon. Novela histórica, ambientada en el siglo XI.
  • El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez. Novela de realismo mágico, ambientada en el caribe colombiano de finales del siglo XIX y principios del XX.

Así que, ya saben estimados lectores, la próxima vez que sostengan un libro en sus manos, recuerden que tienen un pedazo de historia, sabiduría y aventura al alcance de sus dedos. La lectura es el viaje que nunca termina, y los libros son nuestros fieles compañeros en esta travesía.

Sin más por el momento, solo me queda despedirme de usted compartiendo una cita: “Un lector vive mil vidas antes de morir. La persona que nunca lee vive solamente una.” (George R. R. Martin).

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